28.|𝐴𝑐𝑒𝑝𝑡𝑜|

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La mañana recibió a todos,  un largo pero feliz día por delante comenzó, y con el objetivo de desayunar, las hermanas se encontraron en su mesa reservada a la par que el sol parecía estarse acomodando también. Notables dificultades para tomar asiento las delataron por igual.

-- ¿Pasaste linda noche? -- Emi.

-- ¿Vos dormiste bien? -- Replicó Eli. 

Las dos rieron ante la obviedad de las respuestas reflejadas en preguntas capciosas, se acomodaron de la forma mas conveniente para que su "condición" no las molestara mas de la cuenta. Sus respectivos acompañantes aún permanecían descansando en sus habitaciones, por lo que tendrían lo que parecía ser el desayuno libre, al menos hasta que tuvieran que iniciar con la ultima parte de los preparativos y buscar a la futura novia. 

Como hacia mucho tiempo, comieron unos tostados bien cagados con sus refrescos de frutilla, los que les proporcionaban energías suficiente para acaparar todas las tareas. La emoción y los nervios se reflejaba mucho en su forma de comer, pero cada ciertos minutos se recordaban entre si que les iba a caer mal ese hábito, así que se volvían a calmar. Comentaron por arriba varios temas de la ceremonia, habiendo dado detalles sobre sus agitadas noches de por medio, entre sonrisas y sonrojos. En lo que terminaban de degustar sus platos, el celular de la menor vibró, mostrando en la pantalla un apodo que hasta el momento parecía un recuerdo aún más lejano, un sobresalto la levantó de la silla casi tirando lo poco que sobraba del platillo.  

《𝓜𝓲 𝓛𝓮𝓸𝓷𝓬𝓲𝓽𝓸》

Casi por instinto de alerta, se alejó un poco del comedor principal y atendió una vez cruzada la mirada con su hermana, que tampoco tenía otra opción en mente. No le salía por completo la voz como para iniciar la conversación, y peor se le encogía el corazón al escuchar sonidos a través del teléfono. Su pecho se hundía, la respiración se aceleraba involuntariamente. 

{¿Osito?} era él, y ese apodo siempre le daba un brillo en los ojos. Nadie aparte de él tenia permitido llamarla de esa forma, jamás. 

{Ben...} sus labios tiritaban lo que no favorecía a que se le entienda bien, pero como respuesta, una tierna risa se oyó del otro lado. 

El pasar del tiempo nunca va a cambiar tu hermosa voz} roja casi del tono de pelo de su hermana quedó. 

{Siempre con tus frases coquetas... al parecer no cambiamos los dos.}  Emi.

{Quisiera seguir con esto todo el día, pero no hay mucho tiempo. Este es un mensaje directo de las Serpientes de Zona Oeste, un peligro se avecina, una mafia esta en tu ciudad.} Ben.

{¿Cómo? ¿Saben algo sobre quienes son?} Emi.

{Perdón osito, pero todavía no tenemos sus nombres, dudo que hablemos devuelta en un tiempo, es demasiado arriesgado como sabrás. Pero tengan mucho cuidado, no queremos que la historia se repita. No confíen en nadie. Si necesitan ayuda, solo tienen una manera de decirlo. Por favor, estate atenta.} Ben.

{Pero...} Emi, interrumpida por unos pasos a sus espaldas. 

{Ustedes pueden.} Se escucho por parte de Ben antes de colgar.

-- ¿Con quien hablas? -- Shownu, con rostro serio detrás de ella. 

Antes de siquiera mencionar una palabra, bloqueó su celular instantáneamente guardándolo así en su cartera. Nadie salvo Eli podía siquiera saber de la existencia de aquel hombre. Poniendo su mejor cara, esperó que afloje el gesto, no pasó. Su hermana había tratado de distraerlo, pero Shownu resultaba mas insistente y posesivo, mas allá de entre las sabanas. Esto no iba por buen camino. 

𝐷𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora