El juego de la vida (+18)

Capítulo 3 - Nuevo Apartamento

Sara Guzmán

- ¡Padrino bajame! - le dice mi hija a Adam.

Escogí a Adam como padrino de mi hija, muchos estaban sorprendidos por mi decisión pues nadie lo conocía, le explique a todos la relación que tenía con Adam, además él ha sido un amigo incondicional, también hay que agregar que hace unos años hicimos nuestra relación más cercan si se puede decir así, el caso es que no está ayudando a organizar las cosas, en el nuevo apartamento.

Ya ha pasado un mes desde que me propusieron lo de la serie y pues... acepte, es una gran oportunidad de trabajo, a Zafiro le dio duro la noticias pues tenía que dejar al colegio y eso implicaba dejar a Gabriel y a su abuelos y muchas cosas, pero le dije que la iba a meter a estudiar Italiano y eso la animó un poco, ademas ya le consegui un buen colegio aquí en los Ángeles, la vida acá es un poco más ajetreada.

Adam se la pasa viajando pero esta semana va estar aquí en los ángeles, así que se ofreció a ayudarme, aunque se la ha pasado más tiempo jugando con Zafiro.

- Adam bajala - le digo mientras sirvo limonada para todos, si ya no le digo Daddy, eso confundiría mucho a Zaf, ella me ha preguntado muchas veces por su padre y siempre me hago la loca.

- Ya voy mandona - dice

- Gracias, padrino - le dice mi hija.

Me acerco a ellos para darle limonada, es la bebida favorita de Zafiro.

- Princesas, lo siento mucho pero... ya me tengo que ir, tengo unas reuniones - dice Adam, él es crítico de arte.

- No padrino, no ti vayas ¡Porfis! - Zafiro ama pasar tiempo con Adam supongo que lo ve como esa figura paternal, pero siempre le he dicho que él no es su papá.

- Lo siento princesa, pero cuando regrese te trae un regalo ¿Vale? - le dice

- Estas bien - dice un poco enojada todavía, hasta enojada se ve preciosa.

- A tu mamá tambien le voy a traer un regalo - dice

- ¿A.. si? ¿Como que sería? - le pregunto curioso.

- Un banana con mucha leche - dice y casi me atraganto con la limonada

- Pero eso no sabe bien - dice mi hija.

- Pregúntele a tu mamá - dice y si las miradas mataran, Adam estaría muerto.

- Amor vamos a ver tu habitación - le digo mientras la agarro de la mano - Y tu - miro a Adam - te puedes ir -

- No era chiste pequeña - hay cosas que no cambian.

- Adiós Adam, nos vemos en la noche - le guiño un ojo y me dirijo a la habitación de mi hija.

Cuando abro la puerta Zaf grita de emoción, la habitación de mi hija es muy grande, está decorada en tonos lila pues es su color favorito, tiene una cama que asemeja el trono de una princesa, además tiene una pequeña biblioteca donde hay muchos cuentos infantiles, a mi hija le encanta leer, aunque no lo sabe hacer por completo, tiene un closet de la pared a pared, porque si algo tenemos en común mi hija y yo, es que salió igual de fashionista, en la pared hay adornos dorados pues a Zafiro también le gusta mucho eso color, del otro lado del cuarto tiene todos sus juguetes.

- ¿Te gusta mi amor? - le pregunto.

- Shi, mami - esto es hermoso

- Me alegra que te guste - le digo y le doy un beso en la frente - Amor voy a hacer algo en la sala y ya vuelvo ¿Si? - le digo