Capítulo 8 - No es tuya

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Daniel Leal

Soy un idiota, un estupido y un bipolar de mierdas, llevaba semanas preparándome mentalmente pues sabía que la iba a volver a ver, me dije a mi mismo que no iba a volver a caer por ella, que no la iba a determinar, solo iba a ser una persona más en la fiesta.

Pero todo eso se fue al carajo cuando la vi, tenía puesto un vestido tan hermoso, le quedaba perfecto, su figura se veía tan bien, sus pechos tan prominentes y justo que le crecieron porque no los recordaba así, su pequeña cintura, su cadera, sus perfectas y sueñes piernas y su rostro, es lo más hermoso que tiene, esos ojos verdes que me hechizado desde el primer momento que la vi, sus voluminosos labios, su perfecta sonrisa, todo de ella me dejó atónito, me conecte con su mirada y eso bastó para que la llama de la lujuria se prendiera dentro de mi.

Si no es por Jack que habla no reaccionó pues estaba perdido en su mirada, le dije que estaba hermosa, me arrepentí en cuanto se lo dije, ella me ignoró y se fue.

Luego la veo en la ceremonia y no puedo apartar mi mirada de su cuerpo, pues es como un imán para mí, lo del baile fue otra cosa, no sé ella pero hace cinco años no bailaba una bachata, nuestra conexión al bailar es inefables, me acerque a ella, la iba a besar, osea yo que prometí no volverla a ver, estoy detrás de ella como un idiota, el que saliera como loca de la fiesta, me descolocó, pues nadie me deja con las ganas y menos ella, así que la perseguí y paso lo que tenía pasar, su coño me dio el placer que no encontré en cinco anos, eso me enerva pues eso solo manifiesta que tal vez todavía tiene poder sobre mi, eso me enoja mucho por eso le dije que lo que pasó es un error.

Hay veces que uno quiere cometer el mismo error una y otra vez.

Yo no quiero

Ajá

Como sea fue un error lo que pasó, ella me abandonó, me perdió y no tenía derecho a volver a probarme, pero bueno ahí falle yo, pues yo se lo permitió pero no volverá a pasar.

También la interrogar sobre la mina, según ella es su hermana, lo cual es pura mierdas pues lo que acabo de escuchar dice lo contrario.

- ¿Mami? - estoy desconcertado, eso acabo de decir la pequeña pelirroja.

- Nieta mía no corras... - Bruno bien detrás de ella, cuando me ve se queda callado.

- Sara - la llamó pero ella no voltea - Dame la cara maldita sea.

Ella no dice nada solo coje la mano de la pequeña y se va, salgo en su búsqueda pero soy interrumpido por su padre.

- Es mejor que la dejes

- Me mintió ¿Ella es mamá? 

- No soy quien para hablarlo contigo

- Entonces la voy a buscar - le digo para marcharme pero el se interpone en mi camino.

- No la busques, verte ya fue mucho para ella - para mí también - así que termina la velada en paz para que te puedas largar a los Ángeles 

- Lo lamento pero yo...

- Yo nada Daniel, tú no estuviste aquí, no la viste llorar todas las noches, se fue a Miami un año con su tía Ámbar, se fue porque todo el recordaba a ti, no es justo que vuelvas para atormentarla

- Lo siento señor, pero usted no sabe por toda la mierda que yo pasé, así que no haga de menos mi dolor - le digo.

- Puede ser pero a mí importa el dolor de mi hija, así que no te acerques a ella, ni a la niña - me dice, ¿Porque mete a la niña?

- Con todo respeto, yo voy hacer lo que quiera - digo y me voy del lugar para buscar a Hanna.

 Es la única que me puede dar respuestas, también tengo que hablar con Jack, porque no me contó lo de Sara.

El juego de la vida (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora