Capítulo 28 - Rescate

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Sara Guzmán

La vida de una persona puede cambiar tan rápido, nunca me imaginé que iba a estar encerrada por dos meses, me encuentro muy mal y sinceramente me desconozco, mi vida se ha vuelto muy rutinaria, unas chicas del servicio me levantan todos los días y se encargan de asearme pues prácticamente parezco un zombie y es que no tengo fuerzas para moverme, ni hacer nada, Federico ha tratado de sacarme de este estado, ya que ha hecho que varios especialistas me miren, pero se puede ir al diablo, como carajos quiere que esté bien después de lo que me hizo el bastardo de su hijo, su hijo, esa fue otra sorpresa, no puede creer que siempre estuvo tan cerca y yo fui una estúpida que no se dio cuenta.

- Buenos días señorita, es hora de su ducha - una chica entra por la puerta de la habitación, no le contesto pero eso ya es costumbre, hace un mes que no hablo con nadie.

La chica con ayuda de tres mas, me levantan y me llevan a la ducha, el agua fría que impacta contra mi piel me estremece, siento la necesidad de gritar y de decirles a todos que se vayan a la mierda porque a las únicas personas que quiero ver están muy lejos de mí y probablemente no sepan mi paradero, pues algo que pude escuchar es que estamos en Argentina.

Las chicas me peinan y me hacen una coleta alta y me visten con un vestido azul claro que se pega a mi cuerpo, antes de retirarse de mi cuarto una de ellas voltea a verme, lastima es lo que hay en sus ojos, esas sensación de que te miren asi es horrible, por lo que cojo un jarrón que está en mi mesa de noche y se lo lanzo, estas reacciones las vengo presentando desde hace un mes y es que lo único que puedo sentir en estos momentos es ira y tristeza.

Sacó una libreta que tengo escondida debajo de mi cama y es que esta ha sido mi gran escape para no matarme, pues a pesar de que no puedo expresar mis emociones de forma verbal, esta libreta ha sido mi único refugio pues en ella plasmo todas mis memorias, por si algun dia llego a salir de acá, nunca olvidar el daño que me hicieron.

Estoy escribiendo cuando de pronto escuchó tiros y gritos que vienen de la casa, lo cual no me causa miedo pues la idea de que una bala perdida termine en mi cabeza no es mala idea, por lo que después de un mes sin caminar por mi cuenta decido pararme de mi cama, caminó despacio para que mis músculos se acostumbren, estaba a punto de abrir la puerta pero alguien la abre primero.

- Mi amor - mis ojos se abren de par en par, pues es el hombre que amo está enfrente de mí, me rodea con sus brazos y yo hago lo mismo, pues el deseo que tenía de abrazarlo era inmenso, nos quedamos en esa posición por unos minutos hasta que nos distanciamos un poco, el me observa y su cara de horror es evidente, no por mi aspecto, no es por la deslaquedez de mi cuerpo, ni por mis marcadas ojeras, es por la ausencia de la gran panza de siete meses que debería tener.

Daniel Leal

Después de muchas horas de vuelo el jet privado aterriza en la capital del país argentino, desconozco la razón por la cual Federico utilizó este país para esconderse.

- El lugar donde se encuentra el bastardo está a dos horas de la ciudad, por lo que tenemos que ir en unas camionetas - Ares comienza hablar para todos los presentes, tanto el FBI como la gente de su organización le presta atencion, ademas de eso el estupido de Adrian tambien vino - Van a ver dos grupos - el grupo A se encarga directamente del rescate de Sara Guzman, mientras que el grupo B se encargará de despejar la entrada, es decir ustedes tienen que cubrir al grupo A, quiero a todo el mundo atento, noy hay espacio para errores así que... ¡Andando!

Yo hago parte del grupo A junto a Ares, Adrian y otros hombres de Ares, me subo a unas de las camionetas y yo solo puedo pensar en ver al amor de mi vida y es que estos meses sin ella, han sido un infierno y más porque me siento culpable, si no la hubiera dejado sola a lo mejor no estaríamos en esta situación.

El juego de la vida (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora