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La paciencia es una virtud
Los papeles volaron por la habitación al ritmo de unos gritos desenfrenados y furiosos, incluso todo el ambiente de la pequeña junta en la oficina de la comandante había tomado un aire de incomodidad haciendo que la mitad de los soldados presentes se retiraran en segundos.
Al capitán Levi Ackerman no le importaba, él solo quería recuperar a su dulce Gi.
Los días habían pasado con rapidez, y su alianza con Jean Kirschtein no había parecido ser tan descabella. Ambos habían ideado un plan efectivo y rápido para ir a rescatar a Giselle a la tierra de los monstruos, incluso habían encontrado el arsenal necesario para hacerlo y un par de soldados dispuestos a realizar esa travesía con ellos.
Todo sea por el bien estar del ángel de la legión.
Sin embargo habían sido descubiertos en mitad del acto, a punto de zarpar del improvisado puerto a la orilla del mar con la mitad de los nuevos armamentos que había creado Hange junto a los científicos de Yelena.
Eso ya hace un maldito mes, un largo mes en el que Hange y los demás soldados habían tenido que retener al capitán Levi para no zarpar solo por aguas desconocidas hasta un paradero incierto, sin siquiera idea de si Giselle estaba con vida o no.
No es que los demás creyeran muerta a Giselle, porque después de que Levi tuvo que afirmar que la carta era real todos dieron por supuesto que ella estaba con vida, pero estaba el pequeño punto que Yelena no había querido revelar, aquel punto que cambiaba toda la historia, el maldito paradero de Giselle Ackerman.
Se había querido guardar esa información para si misma, por que si bien ella estaba de su lado, también debía cumplir al pie de la letra el plan de Zeke Jaeger y si revelaba el paradero de Giselle eso significaba que el soldado más fuerte de la humanidad partiría sin siquiera pensar en las consecuencias y mataría todo a su alrededor, desatando una estúpida guerra por una delicada mujercita.
No, no podía revelar el paradero de Giselle, sin embargo había algo que tenía que hacer, porque el capitán Levi se estaba impacientando y sus vagas referencias de su esposa no lo complacían en lo absoluto.
-¿¡Cuando!? -gritó Levi otra vez. -¿Cuándo mierda podré ir por mi esposa?
Golpeó la mesa por segunda vez ignorando la mirada atónita de su escuadrón y leve crujido de la mesa partiéndose en dos. No le importaba nada en absoluto, el tenía furia en su interior, tenia indignación y rabia, no podía comprender como ese ejército de estúpidos le pagaba de esa manera, ignorando el grito de ayuda del amor de su vida.
Incluso Hange, a quién le confiaba su vida, estaba de acuerdo con Yelena y pretendía esperar ¿es que acaso no se daba cuenta? Si seguían esperando Giselle podría morir, no sabían en que condiciones se encontraba en ese maldito lugar.
Quería romper cosas, quería romper todo y que lo dejaran escapar junto a su amada.
-Capitán, le he explicado ya -dijo Yelena con voz pacífica. -Hay que seguir el plan al pie de la letra, si no, la gente de Marley sabrá de nuestras intenciones y atacaran antes de que estemos listos.
-¡Y una mierda! -volvió a gritar Levi acercándose a Yelena y apuntando con su espada. -Dime el paradero de Giselle e iré yo misma por ella.
Los ojos apagados de Yelena se posaron en la mirada hostil de Levi y, tras esa fría capa de acero en sus pupilas finalmente pudo ver al verdadero Levi Ackerman. Un hombre triste, solitario y desesperado por encontrar a la única que persona que le ha entregado un poco de sentido a su vida, y en ese aspecto, Yelena lo entendía, por lo que en ese momento fue fácil tomar la decisión de revelar información sobre Giselle.
-No podrá ir a rescatar a Giselle, capitán -insistió Yelena. -Pero si puedo revelarle pequeña información sobre ella.
-Así que si tienes información de Giselle -dijo Hange con los brazos cruzados. -Debiste haberlo revelado hace mucho, Yelena, estamos confiando en ti.
Levi volvió a acercar la espada a Yelena e insistió con pequeños murmullos insultantes, el escuadrón decidió no entrometerse, principalmente en el momento en que escucharon que Yelena si tenía información sobre Giselle, todos estaban preocupados por la soldado por lo que la mínima información sobre ella era un privilegio.
-Necesitaba que habláramos los temas importantes primero -dijo Yelena con calma.
-¡Giselle es el tema importante! -gritó Jean desde su esquina. -No creas que por que vienes aquí y nos ofreces cosas ya puedes decidir que es lo primordial o no.
Los ojos de Levi se toparon con los de Jean, quién en su esquina a un lado de esa extraña chica que se había unido al escuadrón se mantenían furiosos.
-Lo siento, si no revele esa información a tiempo -se disculpó Yelena con sinceridad. -Pero sé que Giselle esta a salvo, tal vez no en un lugar feliz, pero si hay alguien que cuida de ella.
-¿Quién? -exigió Levi.
-Reiner Braun -murmuró Yelena con tranquilidad.
El cuerpo de Levi lentamente comenzó a sentir el cambio en él, tan rápido como se había tranquilizado ante la información de Giselle cambió a furia ¿Cómo era posible que el maldito de Braun tenía a su esposa? Eso no era aceptable para Levi, más que eso, era una abominación, ese hombre estaba obsesionado con su chica y haría cualquier cosa para retenerla.
-¡Es un traidor! -gritó Jean. -Mataron a Marco.
-No, no lo acepto -dijo Levi dando vueltas por la habitación. -Hay que ir por Giselle, ese mocoso es un loco.
-Capi...
-¿¡Que no oíste!? -gritó nuevamente Levi asustando a todos a su alrededor. -Reiner mató a la mitad de Shiganshina y esta obsesionado con Giselle, tu no estuviste aquí, Yelena, él le hará daño.
Los ojos de Yelena viajaron a sus pies, los cuales se movían impacientes en el suelo de madera de la rustica oficina. Llevaba un par de días sintiéndose una basura, sin embargo, la pequeña esperanza de cumplir con los planes de Zeke Jaeger la mantenían con esperanza, incluso cuando la mitad de Paradise la trataba como si fuera el pedazo de mierda mas asqueroso.
Si lo que Levi Ackerman decía era verdad entonces Giselle si se encontraba en peligro, ella no había querido pensar mucho en las razones del porque Reiner decidió cuidar de Giselle, se imaginó que quizás tuvieron alguna clase de acercamiento durante la misión del acorazado, nunca se imaginó que el rubio gigante estaría obsesionado con la chica.
Si quería ganarse la confianza de la gente de Ymir debía salvar a la pequeña Giselle Ackerman.
-Tiene razón -dijo finalmente Yelena. -Me he equivocado y lo enmendare.
-¿De que mierda hablas ahora? -espetó Levi agarrando el brazo de Yelena con fuerza. -Ahora mismo partiremos a la mierda de tu pueblo y buscaremos a mi esposa ¿entendido?
-Si -dijo Yelena en un suspiro. -Lo haremos, pero tengo un mejor plan que exponernos a todos .
***
Es un capitulo cortito, lo sé, pero es preciso y se da a entender muchas cosas solo deben leer entre líneas.
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Sueños sobre ti - Levi Ackerman
FanfictionLevi Ackerman nunca se imaginó que se encontraría en esa posición, con la espada en su cuello rogando por una muerte rápida entre sollozos desesperados, o al menos eso pensaba antes de conocer a Giselle Church. Ella le había entregado los mejores d...