13. Soldado Élite

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Advertencia: 

Desde este punto comenzaré a cambiar muchas cosas de la verdadera historia de SNK, principalmente porque quiero que todo encaje con Giselle y su linea de acontecimientos pero, también, porque deseo darme la libertad de crearles un final lindo a los personajes que más quiero. 

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Soldado élite

Todo estaba tal cual lo recordaba, a excepción de pequeños detalles y avances tecnológicos que se implementaron con la llegada de los desertores, lo que le dio un segundo aire al cuartel general de la legión de reconocimiento.

Giselle se encontraba atravesando los pasillos del gran edificio, con su antiguo uniforme de la legión sobre su piel, pero esta vez no llevaba la pequeña chaquetita beige sino uno verde con un sinfín de medallas colgando de su pecho, y las mejillas ardiendo en felicidad.

Ella ya se encontraba más respuesta, llevaba un par de semanas de vuelta en la majestuosa Paradis y se notaba. Su cabello parecía brillar más, su piel estaba más sana e incluso su antigua figura lentamente volvía a lo que era.

Giselle Ackerman volvía a ser, en esplendor, la soldado élite del equipo de Levi.

Se sacudió las invisibles motitas de polvo de su chaquetón y sonrió antes de ingresar por las gigantes puertas doble de caoba que tan bien conocía, era la oficina de su esposo en donde habían quedado de encontrarse junto al equipo.

El tiempo valía oro, y eso la legión lo sabía muy bien, mientras ellos aguardaban por una oportunidad para ganar la guerra, Marley se hacía con nuevas armas y estrategias ¿pero como iban a vencer? Ellos ni siquiera conocían en su totalidad al enemigo, solo se estaban guiando por los comentarios extraños de los desertores.

Necesitaban hacer algo con urgencia.

Entonces, cuando el ultimo soldado del equipo de confianza de la comandante Hange Zoe ingresó por las puertas, la discusión sobre el nuevo plan se puso en marcha, un plan lo suficientemente arriesgado como para mandar todo al diablo tras la mínima equivocación.

-¡Al fin estas aquí! -gritó Hange cruzándose de brazos sobre la gigante silla de Levi. -¿Qué te tomó tanto tiempo?

Giselle buscó a su esposo con la mirada, quién se encontraba bebiendo en su rincón favorito una pequeña taza de té negro, y se sintió tan a gusto con esa imagen que decidió guardarla en su memoria para disfrutarla en sus momentos de tranquilidad.

-Lo siento -se excusó la castaña. -Historia no me dejaba ir, quería que le trenzará el cabello como solía hacerlo antes -explicó con una sonrisa apenada.

-La reina demanda cosas extrañas -murmuró Connie a Sasha.

-Definitivamente.

Hange rio por la bajo tras la expresión avergonzada de Giselle, sin embargo, tras ver que lentamente la felicidad volvía a los ojos de su amiga sintió como el alivio la invadía, y es que una de sus prioridades era volver a reconstruir a esa hermosa soldado y que se sintiera segura de nuevo, porque sabía que aunque Levi hiciera un trabajo maravilloso apoyándola, también iba a necesitar la ayuda de sus amigos.

-Muy bien, entonces...-dijo la comandante dándole pie a Jean Kirschtein quien explicaría el plan que había trasado el mismo día que Giselle pisó Paradis.

Jean dio un paso al frente, desde la pequeña silla de madera el cual reposaba su larguirucho cuerpo, y caminó con paso firme hasta plantarse en medio de la gran oficina del capitán Ackerman.

Sueños sobre ti - Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora