Sueños sobre ti - Levi Ackerman

19. Creando el nido

Anuncio:

¡Hola hermosxs lectores! espero todos se encuentren muy bien y estén disfrutando su fin de semana, les comento que debido a asuntos personales ya no tendré el mismo tiempo de antes para publicar capítulos, por lo que probablemente ahora suba semana si o semana no, sin embargo, intentaré publicarle los más que logre escribir hoy para que la historia avance mucho y es que quedan poquitos capítulos para el final owo ¡espero disfruten este capi tan lindo! y los que subiré en un par de horas más. 

19

Creando el nido

Si bien, la noticia de un bebé generó un ambiente de paz y esperanza en el cuartel de la legión, especialmente al capitán Ackerman, si había una pequeña persona que dudaba y temía por este gran acontecimiento.

Giselle.

Estaba feliz, de eso no cabía duda, y es que la soldado de grandes ojos azules era la única que sentía y podía comprender ese peso extra de una vida nueva gestándose dentro de ella, experimentando toda la euforia y alegría que eso traía tanto para su persona como para su amado Levi, sin embargo, había algo, una diminuta y oscura parte de ella, que deseaba que ese bebé nunca hubiese ocurrido.

Ese día en específico, cuando sintió el peso del mundo sobre sus hombros y le prohibieron continuar con sus actividades de soldado, comprendió que Levi y ella se habían metido en un gran problema, y es que precisamente traer a un pequeño inocente al mundo, a ese mundo puntual, era lo peor.

Ellos no vivían entre días soleados llenos de felicidad y tranquilidad, ellos se encontraban en medio de una maldita guerra que podía terminar con toda la población de Paradis ¿¡Para qué diablos querría traer a ese pequeño al mundo!? Ella no quería que sufriera, no quería que esa diminuta criatura dentro de ella experimentará todo lo que sus padres han visto, por supuesto que no, se negaba rotundamente.

Entonces, cuando varios días después, Levi se sentó frente a ella con los brazos cruzados y la ceja enarcada Giselle simplemente no pudo mentir, necesitaba compartir ese pensamiento con la única persona en el mundo en la cual confiaba plenamente.

Se aferró al gran suéter de lana blanca que Historia le había obsequiado y caminó, con paso decidido, hacia los brazos de su esposo.

-Tenemos que hablar -sentenció la muchacha.

Levi la observó cruzar la habitación con un aire misterioso, de hace bastantes días Giselle tenía la mirada perdida y la extraña manía de aferrarse a su propia panza como si su vida dependiera de ello, ni siquiera le permitía a él tocarla, aunque le rogará cada noche que le dejará sentir a su bebé.

Su chica estaba siendo un poco egoísta en ese sentido.

Él no la juzgaba, en lo absoluto, sabía a ciencia cierta que la noticia era un peso doble para Giselle, y es que la muchacha a duras penas se estaba recuperando emocionalmente de su fatídica experiencia en Marley, ahora sumándole un pequeño bebé en su etapa de soldado protector, solo quedaba rezar por el bienestar de su Giselle.

-De acuerdo -habló Levi con su voz calmada y el semblante sereno.

Abrió sus brazos protectores al cuerpo tibio de su esposa, quién agradecida se dejó caer en las fornidas piernas de Levi para luego apoyar la cabeza en su hombro y aspirar, por largos segundos, el tranquilizador aroma a té negro, libros y productos de limpieza tan característico de Levi.

-Nunca me cansaré de esto -admitió en voz baja. -Tu aroma es lo único que me ha logrado tranquilizar estos días.

Levi sobó la espalda de Giselle en movimientos lentos y circulares, traspasando un poco de su calor al cuerpo delgado y frágil de su esposa, y depositó un pequeño en el hombro de esta.