16. Avances

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Avances

Un fuerte brazo fue depositado con delicadeza sobre los hombros de Giselle a medida que bajaba de la pequeña barcaza con el tibio pensamiento de que se encontraba en medio del principio del fin.

El viaje a tierra firme no había durado mucho, ni tampoco habían logrado recopilar los datos suficientes para hacerse una idea clara del enemigo, más que los conocimientos de Giselle en la materia y lo poco y nada que Yelena les comentaba.

Después del gran congreso por la paz, en busca de la unión de los demás países con la gente de Ymir, y de la negativa por parte de estos, todo se derrumbó lentamente. Eren Jaeger no logró soportar la idea de que se odiara tanto a su gente, ni mucho menos escuchar como se les despreciaba, por lo que después de ese incomodo día la legión no volvió a ver al chico titán, ni mucho menos saber su paradero exacto.

Todo era un total desastre.

La esperanza de ganar esa frívola guerra lentamente se iba perdiendo, incluso para Giselle y Levi quienes no veían escapatoria de una guerra y sus inminentes muertes a manos de los Marleyanos, principalmente porque ninguno de los dos soldados élite daría su brazo a torcer en la venganza contra los titanes cambiantes.

Levi deseaba la muerte de Reiner.

Giselle deseaba la muerte de todos los titanes cambiantes de Marley.

No se rendirían, porque habían dado sangre, sudor y lágrimas a la causa y necesitaban eliminar el peligro de las personas que deseaban separarlos a toda costa.

-¿Crees que Eren este bien? -preguntó Giselle con el semblante arrugado mientras intentaba tapar el gigante sol con su brazo izquierdo. -Tengo miedo de que cambie de bando, ya sabes, y terminen exterminándonos a todos.

-Dale un poco de crédito -murmuró Levi. -Si comete una locura yo mismo lo matare a patadas.

Giselle entrecerró los ojos curiosa para luego sonreír enternecida ante las palabras de su esposo, si bien sabía que Levi no mentía ante su promesa, también conocía que esa extraña manera de expresarse se debía al cariño que le tenía a esas personas, y por más curioso que fuera, Levi demostraba su preocupación a través de los molestos golpes y castigos, sobre todo con su equipo.

-Esta bien -dijo Giselle besando la comisura de sus labios. -Confío en que así será.

El pelinegro observó la esbelta figura de Giselle alejarse entre los pequeños grupos de soldados a su alrededor y suspiro agotado porque, por más que quisiera negarlo, sabía que una guerra se aproximaba y ahora todo el tiempo lo debían invertir en entrenar y aprender.

Adiós a una vida pacifica, adiós al sueño de libertad, al menos por el momento.

Y así, con esa inminente guerra y la idea de vencer en sus mentes, la legión de reconocimiento, y toda la milicia de la isla de Paradis, comenzó un entrenamiento que duraría al menos unos años antes que Eren Jaeger, el chico titán por el cual comenzó todo, diera una pequeña señal de vida.

El tiempo comenzó a pasar con rapidez, la isla dio un avance tecnológico tremendo con ayuda de las invenciones de Hange Zoe y el nuevo conocimiento sobre Marley y sus alrededores.

Nuevas armaduras fueron creadas, una especie de traje completo oscuro con las alas de la libertad impresas en un brillante material, algo completamente práctico y cómodo para la legión, quienes aún utilizaban el equipo tridimensional y volaban por sobre los tejados de los diversos distritos de la isla.

Sueños sobre ti - Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora