07. |▪Victoria no sabe decir que no▪2/2|

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Capítulo 07. |▪Victoria no sabe decir que no▪2/2|

Ambientación: Iron Man 2.

Nota/Advertencia: Ninguna.

Victoria le había dicho a Pepper que era mejor que se marchara por esa noche, se disculpó por el comportamiento de Tony, le agradeció su ayuda, y se aseguró de que su hermano no arruinara más las cosas con la mujer de su vida

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Victoria le había dicho a Pepper que era mejor que se marchara por esa noche, se disculpó por el comportamiento de Tony, le agradeció su ayuda, y se aseguró de que su hermano no arruinara más las cosas con la mujer de su vida.

Aunque la armadura de Tony pesaba más de cien kilos, Victoria hizo que aquel se apoyará sobre su cuerpo para encaminarlo hacia la máquina del taller que se encargaba de quitarle la armadura. Cuando ya hubo hecho ese proceso, y por fin podía ver a su hermano frente a ella sin aquella apariencia de Iron Man, Tony estaba tan ebrio y cansado que casi cayó al suelo, pero Victoria lo atrapó y lo ayudó a caminar hasta su cuarto. Pasaron a través de la sala, que en gran parte estaba destruida, con vidrios, escombros y botellas esparcidas por todas partes.

Victoria estuvo alrededor de cuarenta minutos para acostar a Tony, luego de que vomitara más de la mitad de lo que había consumido, se lavo el rostro, la boca, y Victoria le hizo beber agua para que al siguiente día su resaca no fuese tan terrible. Tony balbuceó muchas cosas que Victoria no había entendido, en parte por su escasa modulación al hablar y por otro lado, porque estaba en un estado muy lejano de sí misma. Como si esperara olvidar todo lo que estaba sucediendo ni bien terminase de hacerlo. Tony ya no opuso ninguna resistencia y cayó dormido boca arriba en la cama, con el los brazos extendidos. Victoria encendió el aire acondicionado, le puso una sábana encima, le quitó sus zapatos, los dejo a un lado, y apagó la luz de su habitación. Había decidido que regresaría cada treinta minutos, solo a revisar que no volviera a vomitar, aunque había tomado la precaución de acomodar su rostro de costado.

Victoria podía oír lejanamente los murmullos y los autos que finalmente abandonaban el estacionamiento después del arduo trabajo de Natasha por poner orden allá afuera, calmar a los invitados, y sobretodo, echar a los reporteros que habían sido avisados del escándalo en el cumpleaños de Tony, por lo que tras casi una hora, el tumulto de gente curiosa finalmente se estaba retirando. Victoria, cansada y aún frustrada, avanzó a paso resignado hacia las otras habitaciones de la casa, evaluando el daño de manera superficial debido a que su mente estaba dispersa aún. Victoria, descalza, con exceso de la colonia de Tony-que se había puesto tras estar diez minutos haciéndolo expulsar sustancias- y con su mal humor burbujeando, amenazando con romper la monotonía de su rostro y salir a flote, se dirigió camino hacia el taller. No fue cuando estuvo al final de las escaleras cuando oyó unos pasos detrás de ella.

—Señorita Stark...—masculló Natasha en tono sereno, con un sutil toque sedoso, usual en su modo de hablar. La agente encubierto vio la sutil reacción en el cuerpo de Victoria, la manera casi imperceptible en la que se tensaban sus hombros, y lo atribuyó a cualquier motivo menos a la razón real de aquel gesto. Con tan solo escuchar su voz, a Victoria le había hecho hervir la sangre, pero lejos de dar un mínimo indicio al respecto, aquella se volteó lentamente, mirándola con algo de confusión—¿Se encuentra bien, señorita Stark? Vine a ver si precisaba de mi ayuda.

|Tory Stark| [Marvel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora