|Tory Stark| [Marvel]

04. |▪Natalie, la hermosa Natalie▪|

Capítulo 04. |▪Natalie, la hermosa Natalie▪|

Ambientación: Iron Man 2.

Nota/Advertencia: Ninguna.

—Gira más tu cuerpo cuando estés pateando.

Tony volvió a patear el escudo que Victoria sostenía firmemente sobre su muslo, tratando de seguir sus indicaciones a pesar de su cansancio. El hombre sabía que su hermana era probablemente la más indicada para ser la encargada de acondicionarlo físicamente para aprender a combatir cuerpo a cuerpo y ganar la resistencia atlética que necesitaba, pero se encontró con que tantos años siendo entrenada por ese tal Fury la habían hecho demasiado dura. Y al parecer no sería suave ni siquiera con él.

—Hermanita...—jadeó Tony, tras dar otra lánguida patada cuyo impacto sonó con menos intensidad que los anteriores—¿No crees que ya es suficiente de técnica y eso...?

—No.—contestó Victoria secamente, haciendo que Tony suspirara—Tú querías ser el héroe privado de América, necesitas piernas fuertes para pisotear a los terroristas, nazis y al gobierno.

—Pero llevo haciendo esto mucho tiempo y...

—Y todavía no giras el talón como te dije.—declaró Victoria, interrumpiendo su queja. Tony volvió a suspirar cansado, trayéndole recuerdos a Victoria sobre su época de novata, en donde ningún gesto de derrota era permitido por Fury. Que bellos traumas—De acuerdo, puedes descansar dos minutos...

—Te amo.

—Pegándole a Happy.—terminó de decir Tory, señalándole al nombrado con su pulgar, que esperaba fuera del ring equipado con manoplas y un cinturón que protegía todo su torso. Tony la miró como si dudara de que estuviera hablando en serio, y Victoria esbozó una pequeña sonrisita inocente—Vamos, chico fuerte, quiero oír esos golpes.

—Esto es una estafa, no es descanso.

—Una queja más y te pondré a trabajar esos abdominales hasta que no puedas reírte.—sentenció Victoria bajándose del ring y dándole lugar a Happy, quien entró con algo de dificultad, habiendo perdido ya la costumbre del entrenamiento diario.

—Sube la guardia.—indicó Happy, consiguiendo que Tony hiciera caso, aunque con evidente signo de cansancio. El hombre esbozó una pequeña sonrisa divertida, impresionado de ver al mismísimo Tony Stark aguantando más de dos horas de ejercicio—Tory es dura.

—Díselo al senador Stern.—respondió Tony en un jadeo. En efecto, Stern fue uno de los primeros en darse cuenta de naturaleza testaruda de Victoria cuando intentó ingenuamente convencerla de que donará las bóvedas de Howard al Estado.