|Tory Stark| [Marvel]

11. |▪El ataque de Vanko▪|

Capítulo 11. |▪El ataque de Vanko▪|

Ambientación: Iron Man 2

Advertencia/Nota: ninguna.

—Bienvenidos a la edicion N°33 de la Stark Expo, abriremos con Justin Hammer, su presentación "En Defensa de la Paz" comenzará en unos minutos en el pabellón central.

En la época dorada de Howard, la famosa Stark Expo significaba la cumbre de la más novedosa tecnología que se hubiese desarrollado en el mundo hasta ese momento. Jonathan habían pasado toda una vida oyendo los comentarios negativos que su padre tenía sobre la familia Stark, pero jamás lo escuchó negar que aquel evento fuera una auténtica maravilla del conocimiento de la más alta calidad científica, por lo que, si bien no tenía una estrecha relación con Hank Pym, estaba seguro de que al oír la melodía simpática con la que Justin Hammer hizo aparición en el escenario acompañado de aquel baile que hacia al caminar, su padre y él podrían coincidir con que Howard se estaría revolcando en su tumba.

Obedeciendo las indicaciones de Victoria, John había acompañado a Pepper y a Natasha hasta la Expo, y había tomado asiento junto a ellas en el medio de las numerosas butacas que ofrecía el inmenso estadio en el que se estaba llevando a cabo la muestra. Las luces se habían apagado y un reflector brillante estaba enfocando a Justin en el escenario, como si no hubiese nadie más en el evento que tuviese tanta importancia como él; Pepper y Natasha compartieron una mueca de disgusto, mientras que John apretó los labios con cierta disconformidad, ya que desde su punto de vista esa imagen podría perfectamente hacer que Victoria considere darse un tiro en la sien.

—Damas y caballeros, desde hace mucho esta nación ha puesto a sus hombres y mujeres en un grave riesgo, luego llegó Iron Man y creímos que los días de muerte habían terminado. Desgraciadamente no tuvimos acceso a esa tecnología, eso no es justo, no es correcto, yo creo que eso está mal.—declaró Justin con seguridad, apoyando las manos a los costados del soporte de cristal en donde estaba el micrófono, contrastando con esa alegre caminata y los saludos que había hecho al entrar. Su carisma -pensó Natasha-, aunque era pasable, se notaba aún más falso del que tenía Victoria para con ella—Sin embargo fue una gran innovación, que acaparó la atención de todo el mundo, pero hoy, mis amigos, la prensa enfrenta un nuevo problema; el riesgo de que se les agote la tinta.

Unos pocos aplausos respondieron a aquel pequeño intento de humor, por lo que Justin entendió rápidamente que no debía volver a probarlo. El hombre se aclaró la garganta mientras dos asistentes se apresuraban a retirar el soporte del escenario y él activaba su micrófono portátil.

—Damas y caballeros, hoy les presento el nuevo rostro de las Fuerzas Armadas de nuestro país: ¡Los Hammerdroides!—exclamó, al mismo tiempo en que comenzaba a sonar una melodía de marcha y la plataforma bajo el escenario se abría, dejando subir una hilera de imponentes y enormes robots que parecían sacados de una película espacial. Las grandes corazas metálicas brillaban bajo la luz del reflector, sus centros circulares emitían un brillo similar a la armadura Iron Man, al igual que las pantallas en sus cabezas, y su diseño dejó con la boca abierta a todos los miembros de las Fuerzas Armadas que estaban allí presentes, quienes junto a los demás espectadores estallaron en gritos y aplausos, para el regocijo de Hammer, quien continuó con la presentación fervorosamente—¡Ejército!¡Naval!¡Fuerza Aérea!¡Esto es mucho mejor que unas porristas, ¿no lo creen?!