Parte 36

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NARRADOR LEVANA

Estaba furioso por el adorno que había lanzado, su mano alcanzo mi brazo trataba  de soltarme de su agarre.

-¡Suéltame! me haces doler- su mano era grande y su agarre era muy fuerte en el momento que iba hablar o gritar, se sintió un toque en la puerta.

Para mi suerte, me soltó para abrir la puerta no sin antes mirarme amenazadoramente, como queriéndome decir una palabra y no sales de aquí con vida.

El salió de la habitación dejándome sola , pude dar un gran suspiro mire a mi alrededor es una habitación amplia y muy hermosa fui directo a la gran ventana pero estaba cerrada.

Volvió a entrar a la habitación haciéndome sobresaltar me entrego un caja.

 Lo odio con todo mi ser, me obligo a ponerme un vestido negro mas tapado que el anterior para ir a ver a sus padres y a los míos, contrato una maquilladora para arreglar el moretón que tenia en el pómulo y todas sus marcas visibles en mi cuello y brazos, además de arreglarme mi cabello.

....

Cuando llegamos a su casa se me era difícil caminar con tacones aumentado el dolor. 

-¿Te sientes bien querida?-me pregunto la señora Iris, como decirle que su hijo me violo y esas son las consecuencias.

- Me doble mi pie- conteste sin muchos ánimos

Nos sentamos en lo muebles a esperar a mis padres, cuando los vi fui abrazarlos sin importar el dolor.

Después de una hora de conversar sobre los preparativos de la boda pasamos al comedor durante el camino tambalee por el dolor.

-¿Te sientes bien?- me preguntó mi madre, por suerte no había nadie a nuestro alrededor, quería contarle todo.

-no- conteste bajando mi mirada para no tener que llorar

-¿Qué te ha hecho ese chico?- me volvió a preguntar mi madre, no sabia que hacer si decirle o no la verdad trataba de hacerme la fuerte y contener lagrimas.

-Mírame Levana, no tengas miedo de decirme la verdad- en ese momento apareció mi padre.

-Que hacen aquí, nos esperan- nos dijo ambas y aun bajo la mirada de mi mama esperaba que le diga algo.

-No te preocupes mamá, él no me ha hecho nada-conteste

-Vamos no seamos descorteses-mi padre aun nos esperaba.

-Después hablaremos-dijo mi mama mientras íbamos detrás de mi papa.

Cuando llegamos de nuevo a la sala principal, ahí estaba él con su mirada tan profunda sin dejarme de mirar,  se sentó a lado mío.

-Espero que no hayas cometido un error de hablar de mas-me dijo muy cerca al oído para que los demás no escuchen.

-Despreocúpate, no dije nada- le conteste, el medio un fuerte apretón de manos sin que nadie se diera cuenta.

Después de la tortuosa reunión era momentos de irnos.

-Vamos Levana-dijo mi madre, no sabia que hacer Ryan me había ordenado ir con él, pero mi madre quería que vaya con ellos.

-Si-afirme, no quería quedarme con ese demonio podía notar en su mirada la furia que escondía.

Nos despedimos de los Relish y durante el trayecto de camino a casa, mi madre iba en silencio al llegar nadie dijo nada, fui a mi habitación tratando de no recordar la noche pasada y la cena, me eche a mi cama y me quede profundamente dormida. 

ATRAPADA A ÉLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora