Te lo ruego, te lo ruego
Así que extiende tu mano amorosa, cariño
Te lo ruego, te lo ruego
Así que extiende tu mano amorosa, cariño°
RING, RING, RING.
La alarma de Sakura sonó como si estuviese lista para hacer explotar sus tímpanos.
Ese si que había sido un muy extraño sueño, ¿cómo fue que su memte creyó posible el que Sasuke le dijera tales cosas? No, no. Ni en un millón de años, pero... "¿lo de Itachi también fue un mal sueño?" Ojalá", pensó.
Salió de su cama y entró al baño para cepillar su cabello y sus dientes mientras revisaba rapidamente sus redes sociales: memes, fotos, noticias y más memes. Nada nuevo.
Hoy era el último día de la semana y por ello se estaba inclinando a ir con un pants y tennis cómodos. Una notificaciin llegó a su móvil, era un mensaje de Temari: "Te dieron permiso de ir a la fiesta de Shikamaru, verdad?".
—Demonios. —murmuró apretando sus ojos. Lo había olvidado— Veamos, ¿qué me pongo?
En medio de su crisis fashionista, recibe otro mensaje ahora de su mejor amigo, irremediablemente una sonrisa se dibujó en su rostro, pero desapareció tan pronto abrió la foto adjunta al mensaje.
"No es adorable tu cuñadita?🥰"
—Así que no era un sueño. —declaró decepcionada— Cuñadita, mis polainas. —lanzó su teléfono y gritó lo más que pudo. Gritaba para no llotar.
—¡Hija! ¿Todo bien? —gritó su madre desde el pie de la escalera.
Ella suspiró e intentó reponerse lo mejor que pudo.
—¡Si, ma! Ya bajo.
Con pocas, casi nulas, ganas eligió un atuendo neutro, cepilló su cabello y terminó de arreglarse sin mucho esmero. La vida la odiaba, o al menos eso pensaba. Al llegar a la planta baja su mamá le extendió una bolsa de tela.
—Tu almuerzo.
—No tengo hambre, gracias. —se dio medio vuelta pero el tajante e imponente llamado de su madre la detuvo.
—Sakura Haruno. Tu almuerzo te espera.
No podría pelear con ella. Se giró de vuelta y con una irónica sonrisa tomó la bolsa.
—Gracias. Te veo en la tarde.
Volvió a su camino. La imagem de Izumi no la dejaba en paz, en serio era verdad: Itachi tenía novia y no era ella, pero entonces... "¿¡LO DE SASUKE TAMBIÉN PASÓ!?", pensó alarmada. En ese momento un auto pequeño se detuvo junto a ella.
—¡Hey, Saku!
La voz la sacó de sus pensamientos y giró para tener que mostrar la sonrisa más falsa de su vida.