Sigue susurrándome al oído
Dime todas las cosas que quiero escuchar
Porque es verdad,
Eso es lo que me gusta de ti.•
—Hola.
—Hola.
Un silencio, ambos se aseguraron de que nadie estuviera cerca o viéndolos. Afortunadamente los pasillos estaban casi desérticos. Debían admitirlo, la adrenalina y el misterio era parte del encanto de su "relación". Desde que decidieron comenzar con su pequeño secreto solo mantenían contacto en la escuela: a veces en los pasillos aprovechando la cercanía de sus casilleros, otras veces quedaban de verse detrás de las gradas del gimnasio y algunas otras veces en la sala de cómputo que ya nadie usaba. Sentir ese nivel de riesgo de ser descubiertos era lo mejor de todo; para Sakura resultaba una sensación nueva y adictiva, y para Sasuke era divertido ver sus reacciones.
Sasuke se inclinó y fugazmente besó la mejilla de Haruno.
—¿Cómo estás?
Ella simuló estar buscando algo dentro de su casillero, pues la penetrante mirada del Uchiha no le dejaba actuar con naturalidad.
—Bien. ¿Qué hay de ti?
—Me encuentro particularmente feliz. —confesó— ¿Quieres hacer algo hoy? —relamió sus labios sin apartar la mirada de ella— Descubrí un juego donde nos besamos y comemos al mismo tiempo.
Haruno cerró la puerta y se recargó sobre su brazo: —Por más tentador que se escucha, me temo que debo decir que no.
—Diablos, ¿ya no quieres que seamos amigos que comparten baba? —en sus labios se formó un pequeño puchero.
—No es eso, pero Itachi me mandó mensaje ayer pidiendo disculpas por ser un cretino y quiere que volvamos a como era nuestra amistad antes. —confesó.
—¿Y eso qué tiene que ver con que no nos veamos hoy?
—Hoy es noche de películas. —explicó— Iré a su casa y veremos una película con palomitas, chocolate, malteadas y sodas.
Sin poder ocultarlo Sasuke demostró lo inconforme que estaba por ello.
—De acuerdo. Supongo que es algo inevitable. —se encogió de hombros— Ni modo.
Sakura sonrió de lado y se acercó un poco llevando su mano hasta el cuello de la chaqueta del chico, jugaba con él mientras lo miraba a los ojos.
—Tranquilo, no te pongas celoso. Es tu hermano. —recalcó.
—Claro, mi hermano que te gusta.
"Maldición", pensó. ¿Cómo negarle algo que sabe es verdad? Si bien disfrutaba pasar el tiempo con Sasuke y le ayudaba a distraer a su mente del hecho de que Itachi tenía novia, no podía dejar de lado sus sentimientos y decidir dejar de querer al otro hermano. ¿Estaba mal?
En un intento de enmendar las cosas, Sakura lo tomó de la mano y lo llevó hasta el cubo de las escaleras, si, seguro los regañarían por llegar tarde a clases, pero era algo que valdría la pena. En el rincón de aquel lugar, con el azabache recargados obre la pared a merced de la voluntad de Haruno quien sin perder un solo segundo se lanzó hacia sus labios. Los besos entre ellos habían dejado de ser dulces y cortos, con el tiempo habían llegado a aquellos que son profundos y desesperados, sus manos lo abrazaban por la cintura y él, aún sorprendido por la iniciativa, la atrajo por el cuello. Las respiraciones estaban al borde del colapso, comenzaban a necesitar de oxígeno, pero era más su deseo de más. El calor se apoderaba de ellos, sus corazones latían al doble de velocidad y su sangre recorría cada parte de su cuerpo. El acercamiento entre sus cuerpos fue tal que, en medio del momento, Sakura sintió una fricción anormal arriba de su pelvis y cuando intentó moverse para dejar de sentirlo un gemido salió de los labios del Uchiha que los obligó a separarse y recobrar el aire.