Y si soy honesto, me da un susto de muerte.
Estoy tratando de detenerlo, estoy haciendo mi mejor esfuerzo.°
—Ser tu amigo ya no es suficiente para mí. —soltó con seriedad— Vamos, sé que tú también me quieres de esa manera, solo... seamos novios.
Y tras confesarse, Itachi se inclinó sobre la pelirrosa con intención de besarla, y el agarre de sus manos era tan fuerte que no podía alejarse.
Estaba atrapada, por su parte Sasuke dejó de tener visión alguna de lo que estaba pasando, pero no le gustaba en lo absoluto nada de lo que escuchaba, ¿cómo se atrevía Itachi a ser tan egoísta?
—Ammm, ¿qué crees que haces?
—¿Eh? —la pregunta de su amiga le desconcertó— ¿No es obvio? Quiero darte un beso.
Haruno rio nerviosamente y retrocedió sobre la cama: —¿Por qué harías eso? Solo somos amigos, Itachi.
—Si, bueno, pero te lo acabo de decir, ¿acaso... —hizo una pausa y rebobinó en su mente en busca de algún error— ¿Qué no escuchaste lo que te dije?
Sakura se levantó y caminó en dirección al espejo que era el centro de atención del Uchiha debajo de la cama; ella no sabía que él la miraba, pero estaba segura de que escuchaba todo con claridad.
—Te escuché perfectamente, ¿de acuerdo? Pero no puedo corresponderte.
—¿De qué hablas? Tú siempre me has querido, ¡nada puede cambiar eso!
—Tienes razón, siempre te he querido, pero ahora solo te quiero como amigo, no estoy interesada de ninguna otra forma en ti. —respondió sin titubear y mirándolo a los ojos— Y espero que puedas respetar eso.
Itachi se levantó de la cama pero no se acercó a ella, mantuvo sus manos dentro de sus bolsillos traseros de los jeans y miraba al piso.
—Dime que no es por Sasuke.
Esa pregunta le llegó por sorpresa, creía que las sospechas habrían quedado atrás con todo su espectáculo donde finjen odiarse y no poder verse ni en pintura. ¿Habrán sido descuidados con algo?
—Ay, Dios. ¿Por qué lo mencionas? ¡Tu hermano no tiene nada que ver en esto! —pretendió molestarse.
—Puede ser que no lo toleres desde lo que pasó, pero eso no significa que ya no te guste. ¿O me equivoco? —al notar el silencio que hubo por parte de Haruno, agregó— Te recuerdo que él te mintió, ¿cómo puedes seguir teniendo sentimientos por alguien que te mintió en la cara y parece no tener remordimiento de nada?
El tono en la voz del Uchiha le estaba molestando, no soportaba que cuando hablaban de Sasuke tuviera este aire de grandeza y superioridad, comos si su hermano fuera nada comparado con él.
Sakura tenía tantas ganas de confesarle a Itachi que sabía todo, que ella sabía que el metiroso era él y que no podía creer lo lejos que ha llegado con tal de afectar a su hermano, pero no podía delatarse de esa forma, además, tener a Sasuke en una situación tan comprometedora debajo de su cama no sería de mucha ayuda.
—¿Sabes qué? Si vas a seguir con esto, será mejor que te vayas, estoy muy cansada y no tengo nada de ganas de escucharte decir estupideces. —confesó con desdén y señalando la puerta de su cuarto.
Y aunque creyó que hablarle de esa forma y mostrarse indiferente hacia su persona provocaría que el Uchiha cediera y es fuera, esta vez no fue así, al contrario, la mirada de Itachi cambió de forma drástica, mostrando una oscuridad nueva en sus ojos que, honestamente, hizo que Sakura sintiera un poco de miedo.
—Aún lo amas. —murmuró tan pronto estuvo cerca de ella— Nunca dejaste de hacerlo.
—Ya, por Dios... ¡largo de mi casa! —exigió— No quiero verte, vete.
El azabache se giró a la cama y caminó con lentitud, poniendo de nervios a Haruno con cada paso: ¿habrá notado la presencia de su hermano todo este tiempo? Por su lado, Sasuke ya estaba preparado para atacar con un tennis que encontró abandonado junto a él y una pinza para cabello.
Para suerte de ambos, solo se giró para tomar sus cosas de la cama.
—¿Sabes? Elegiste al hermano incorrecto. —habló mientras caminaba a la puerta— Ojalá no te arrepientas de eso.
—ADIÓS, ITACHI. —le abrió la puerta de su habitación y lo acompañó hasta la salida de la casa para asegurarse de que verdaderamente no pueda volver a entrar.
Cuando regresó Sasuke ya había salido de su escondite y lo primero que hizo al verla fue abrazarla, la pelirrosa escondió su rostro en el pecho de su novio y, aunque no lloró, si dejó salir toda la vulnerabilidad e inseguridad que la charla con el otro Uchiha le provocó.
—¿Estás bien? —Haruno asintió sin hablar ni sin separarse del abrazo— Dios, perdón por no haber intervenido, no debí dejar que te hablara de esa forma ni que te amenazara, solo creí que empeoraría todo y...
Ella lo interrumpió: —Hiciste lo correcto. Si te hubiera visto no quiero ni imaginar hasta dónde se habría atrevido a llegar. —alzó el rostro, dejando su barbilla pegada en el pecho del chico— No quiero que te pegue en tu bonita cara.
Sasuke no pudo evitar reír: —¿Eso es lo que te preocupa? No es por presumir, pero si él y yo peleáramos, no tendría ninguna oportunidad de ganarme. —besó la punta de su nariz— Así que mi hermoso rostro no sería el que correría peligro.
Sakura chasqueó la lengua y se separó sintiéndose más relajada: —No dije que tu rostro fuera hermoso, solo lindo.
—Vale, te concedo eso, pero hay algo que no puedes negar... —agregó sentándose en la orilla de la cama y tomando su mano para atraerla a él y poder sentarla en sus piernas.
—¿Y qué es? —preguntó con curiosidad mientras apartaba un par de mechones de la frente del chico.
—Me amas. —apenas pronunció esas dos palabras todo el cuerpo de Haruno se estremeció— ¿Es verdad?
Por más que intentó evadir la mirada, estando entre sus brazos a tan poca distancia no le daba tanta libertad para escaparse por la tangente.
—Yo... yo no sé si... la verdad es que... —frases mal logradas salían incoherentemente de su boca acompañadas de su distintiba vida personal.
—Está bien si no quieres deccirlo, yo tampoco planeaba que algo tan importante fuera dicho por primera vez en tu cuarto, pero solo quiero decirte que yo sí.
Los ojos esmeralda se iluminaron y un tenue sonrojo se pintó en sus mejillas.
—¿Tú sí?
—Yo sí. —confirmó— Me da miedo, seré honesto, pero no quiero dejar de sentirme de la forma en la que me siento cuando estoy cerca de ti. —murmuró contra sus labios para después depositar un costo y suave beso— No tienes que decir nada, ¿de acuerdo? Sé que me quieres, y eso es más que suficiente para mi.
—¿De verdad?
—Te lo prometo. —otro beso, esta vez en su mejilla— No diremos nada hasta que resolvamos este tonto asunto con mi hermano y podamos dejar de escondernos. ¿Te parece bien?
Una gran sonrisa fue su respuesta, la cual terminó siendo sellada con un beso prolongado y dulce.
Debían terminar los secretos.
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Buenas!!! Al parecer el horario oficial para actualizar esta historia será de madrugada, espero que les guste mucho. No olviden comentar!