Solo quédate en silencio (cinco minutos)
Acaríciame un momento (ven junto a mí)
Te daré el último beso (el más profundo)
Guardaré mis sentimientos
Y me iré lejos de ti°
—Sakura, qué... sorpresa. —expresó Neji cuando abrió la puerta de su casa.
—Creí que todos los de la escuela podían venir a la fiesta. —dijo la pelirrosa notando el descontento en el tono del Hyuga— ¿No estoy invitada?
—Oye, lo siento. No quería que sonara así. —se disculpó— Claro que puedes entrar, eres amiga. —compuso abriendo la puerta— Además, si Tenten se entera de esto me mata hoy mismo.
—Está bien. Guardaré el secreto. —insinuó aún un poco molesta— ¿Ya llegó Ino?
Él asintió: —Cocina, cerca de las cervezas.
Se movió entre la gente que se encontraba medio bailando y charlando tan fuerte como la música se los demandaba. Al pasar pudo ver a varios de sus amigos y conocidos, cada uno de ellos estaban ensimismados en sus propios asuntos, pero ella buscaba a dos personas en especial: Ino y Sasuke.
Tal como dijo Neji, su amiga estaba en la cocina acaparando todas las frituras que podía mientras Sai la abrazaba por la espalda, por un segundo se reflejó en ellos imaginando que, de no haber pasado todo ese drama, así estarían Sasuke y ella en ese momento. Suspiró y se acercó.
—Oye, ¿no lo has visto?
La rubia reaccionó después de un instante y solo negó: —No está, y llegué temprano. —explicó— Relájate un poco, ¡toma la cerveza y bailemos!
—Debe estar por llegar, no quiero emborracharme sin antes haber hablado con él.
—Oye, fea... —le llamó Sai— ¿Por qué no bebes al menos un shot? Seguro necesitarás mucho valor para escupirle en la cara a ese infeliz.
Confundida, buscó respuestas en su amiga, a lo que Ino respondió: —Sabe todo. —confesó— Pero juró no decir nada.
Sakura viró los ojos, y Sai llevó su mano derecha a su pecho: —Siempre de tu lado, amiga.
—Creí que él era tu amigo. —reparó la pelirrosa.
—O sea sí, pero tú me caes mejor. —confesó y extendió un shot de tequila— Anda, no seas tímida.
Sakura estaba convencida que Sasuke estaba cerca, ¿cómo lo sabía? Porque de camino pasó a su casa y confirmó que solo estaba Itachi gracias a la luz en su ventana, mientras que la de Sasuke estaba apagada y su moto no estaba estacionada, pero pensando en lo que Sai e Ino acababan de decirle, el trago no parecía tan mala idea. Lo acabo de un sorbo y tomó otro antes de ir a continuar con su búsqueda.
Haruno nunca había sido tan buena con el alcohol, lo sabía a la perfección, pero la desesperación le hacía no pensar con claridad. Sus ojos viajaban de persona en persona, de rostro en rostro hasta que lograra identificar los rasgos que quería, lo que fuera: su nariz respingada, los ojos profundos, su cabello desaliñado o su media sonrisa que hacía parecer a los demás como unos idiotas. Por un momento pensó en escribirle y preguntar dónde estaba, pero la posible respuesta le dio miedo, ¿y si estaba con la chica a la que había besado? ¿Y si fue por ella para llevarla a la fiesta? ¿Y si ya estaba ahí con ella en algún lugar escondido tal como ellos solían hacerlo?
Miedo. Se inundó de miedo.
—¿Has visto a Sasuke? —le preguntó a Tenten, una de las personas con las que se cruzó vagando en la fiesta.