¿Es esto una droga o es una cura?
Busco respuestas que no he escuchado
¿Es esto un químico o es puro?
No es que importe, siempre que funcione
Tal vez es solo mi suerte o simplemente no me importa lo suficiente
°
—Vendrán todos a la fiesta, ¿verdad?
—Tema, no quiero hacer nada. —replicó el Nara.
—¡Shh! Eso dijiste el año pasado y la pasaste genial. —argumentó y volvió la mirada con sus amigos— ¿Y bien?
—¡Nosotros vamos! —declaró Tenten mientras que, con su mano entrelazada con la de Neji, las alzaba— Ya apartamos la tarde para ir.
—Yo también voy. —añadió la Yamanaka— No puedo faltar a la fiesta de mi mejor amigo.
—¿No irá Sai? —cuestionó Nara.
Ella negó: —Tiene examen en su taller de dibujo técnico y es algo importante, pero siempre tengo a mi mejor amiga para no estar sola, ¿o no, Saku?
La rubia abrazaba por el cuello con fuerza a Haruno, quien venía estando más que distraída dándole vueltas a lo que Sasuke le dijo de camino a la escuela: "¿A qué diablos se refería?", se repetía.
—¿Vendrás a la fiesta, Sakura? —insistió Temari.
—Fiesta... ah, si. ¡Si, cuenta conmigo! —reaccionó devolviendo el gesto a la Yamanaka.
La clase siguiente comenzó en cuanto la campana sonó. Ino y Sakura fueron a su clase, sin soltar el abrazo que habían formado.
—¿Ahora qué pasó?
—¿De qué hablas?
—Vamos, Sakura... no soy tonta; siempre que estás de esta forma, o sea, distraída y más mensa de lo normal, es porque algo ocurrii con Sir. Perfecto. —el apodo de Itachi— ¿No me contarás?
Desde lo que pasó con Itachi y su novia, Haruno no había tenido las hagallas de contárselo a su mejor amiga, le daba vergüenza que alguien además de ella misma supiera de ello cuando Sakura declaraba y casi profetizaba que vivirían felices para siempre.
"Lo sabrán tarde o temprano... y se burlarán de mi", pensó resignada.
—Itachi me presentó a su novia. —murmuró.
—¿Qué?
—Tiene novia. Ya tiene novia y me la presentó para decirme que espera que seamos las mejores amigas. —soltó de nuevo— Y eso me está matando.
Las chicas se detuvieron en la puerta de su salón y aprovecharon que el profesor aún no llegaba para continuar con su conversación.
—No me gusta decirlo, pero te lo dije. —comentó con compasión la rubia— Te dije que Itachi solo te usaba como paño de lágrimas y decidiste no hacerme caso.
—Si, Ino. No hace falta que me hagas sentir lo estúpida que soy. —recriminó y se recargó sobre el marco de la puerta— Moriré sola y con veibte perros.
—¿Por qué no mejor gatos?
—Son muy cliché. —suspiró.
La Yamanaka permaneció en silencio mientras apoyaba moralmente a su amiga, pero a la vez su vista notaba algo fuera de lo normal; dentro del salón, al fondo de este, el Uchiha miraba con intensidad a su dirección y ella sabía que era imposible que se tratara de ella. Sonrió con malicia.
—Oye, Saku... ¿no has pensado que quizá te estabas fijando en el hermano equivocado?
La pelirrosa alzó su mirada: -¿De qué hablas?
