Solo escúchame antes de que te escapes
Porque no puedo con este dolor
Te odio, no me dejes
Te odio, no me dejes
Porque me encanta cuando me besas
Estoy en pedazos, me completas~
—¿No se te ocurrió algo mejor?
—Te estoy diciendo la verdad, Sakura. ¿Por qué mentiría en algo como esto?
La pelirrosa se levantó de la cama de su amiga y caminó de un lado a otro negando constantemente.
—¿Quieres que crea que Itachi, mi mejor amigo de toda la vida, me haría algo tan bajo como eso? —soltó un resoplido— ¡Escúchate! Parece que me estás contando una película adolescente sacada de una plataforma mediocre de internet.
—Oye, si me crees o no, es tu problema. Yo no gano nada con mentirte. También soy tu mejor amiga, ¿lo olvidas?
Ambas se miraron con detenimiento, completo contacto visual. Sakura negaba, sorprendida por la audacia en las palabras de la Yamanaka, que salían como si de verdad las creyera.
—Estás defendiendo a Sasuke, y está bien, es tu amigo, pero... —Haruno meditó un segundo, buscando la mejor forma de expresarse— ¿Qué sentirías si yo te digo algo así de Shikamaru?
-Por favor, él jamás me haría algo así. -refutó la rubia con completa indignación.
—¡Exacto! Es lo mismo para mí con Itachi; somos mejores amigos desde casi toda la maldita vida, él... él jamás me haría algo así, es decir, —soltó un suspiro ahogado— Es su hermano, maldición. ¿Le haría... —el recuerdo de los cientos de momentos de su amigo teniendo casi una batalla campal la obligaron a callar. ¿Era posible?
La mamá de Ino le llamó desde el primer piso pidiéndole que bajara a ayudarle a la florería. Necesitaba ser rápida y terminar de la mejor forma esa conversación.
—Saku, sé que es mucha información por procesar, y tratándose de dos de las personas a las que más amas solo lo complica más. —lo que creyó más conveniente era aconsejarle, no podía tomar una decisión por ella— Intenta hablar con ellos, descubre la verdad por ti misma, pero lo más importante: no dejes que te sigan lastimando, sin importar si se trata de Sasuke o Itachi, primero estás tú, ¿bien?
En medio del momento emotivo, donde Sakura le agradecía tácitamente a su amiga por nuevamente ayudarla en una crisis personal, la voz de la madre de la Yamanaka interrumpió.
—¡Ino! —reclamaba con su característico tono pasivo-agresivo.
—¡Ya voy, mamá! —le respondió de la misma forma y rio junto a su amiga.
—Muchas gracias, Ino. —murmuró la pelirrosa al abrazarla inevitablemente; aunque eran amigas de casi toda la vida, eran pocas las veces en las que se demostraban afecto de esa forma.
—No me agradezcas. —respondía correspondiendo al abrazo— Tú harías lo mismo por mi, frentona.
Caminaron juntas hacia la planta baja de la casa, donde se despidieron y Sakura prometió avisarle cualquier decisión o evento que ocurriera, solo así la dejaría tranquila. Platicar con Ino fue totalmente diferente a hablar con su mamá, si bien sabía que su madre le aconsejaba con todo el amor y cariño que una madre puede tener por su hija, no era lo mismo a platicar con una amiga, con quien te puedes abrir sin miedo a sentirte juzgada o peor, a decepcionar.
El día aún era relativamente joven, las tres de la tarde y no quería volver a casa aún, eso significaría volver a la charla con Mebuki y no estaba preparada. Le envió un mensaje de texto diciéndole que iría con Ino a comprar macetas para su florería, una evidente mentira, pero que le daría el tiempo suficiente para hacer algo respecto a los hermanos Uchiha, aún no sabía qué, pero algo debía hacer.