Capítulo 2.
|| Dedicación imNati07 ||
Terminando de aplicarme el horrible maquillaje que me ordenaron ponerme, cubro con la alfombra la pequeña losa que Myles había movido para entrar y salir. Sacudo mi vestido al levantarme del suelo y me miró por última vez al espejo. Hoy mi vestido es azul aqua, largo y sencillo.
¿Por qué me visto como una niña que se ve obligada a usar uniforme para el colegio? Porque hoy se supone que es mi primera cita con el príncipe Aren. Arreglada por sus padres, claro.
Sobre mis hombros también me había puesto una capa blanca y mi cabello descansaba tranquilamente amarrado en forma de corona en mi cabeza. Recordé que no podía llevar armas, ni robar nada y meterlo en mi vestido porque «el príncipe tiene todo el derecho sobre mí». ¿Volvimos al siglo XI?
Abrí lentamente la puerta de mi habitación, saliendo de ella con tranquilidad, aunque acelerando el paso.
¿Por qué aceleraba el paso? Bueno, porque la cita con el príncipe Aren era hoy por la tarde, casi al caer la noche. Y claro, aún ni siquiera ha salido el sol, es demasiado temprano, pero se supone que a este horario la princesa Alyssa se sube a su carruaje para ir a su doctor personal en un pueblo de Futuro, según Myles me informó. Así que me hice la completa idiota, fingí mi cara de dolor cuando ví el carruaje retirarse vacío y guardias corriendo de un lado al otro por el mismo pasillo de mi habitación. Myles en la noche fue a buscar el Crystal de las brujas del norte al salón y me lo trajo a mis manos, no sin antes pasar por la habitación de la princesa y colocar un par de gotas en su medicina.
No soy idiota, sé que eso no mataría a nadie; pero no se sentiría en absoluto bien esta mañana para ir a su ecografía y me daría tiempo.
Ahora el resto del trabajo cuelga de mis manos.
Moví el diminuto frasco por mis dedos cerrados y recordé cada ingrediente que le coloqué.
«Crystal de las brujas del norte mezclado con gotas de cianuro» A aquello claramente le agregué jugo de manzana, que es la bebida favorita de la princesa.
Me asomé por el pasillo naturalmente, mirando hacia ambos lados y, sin ver absolutamente nada ni nadie, seguí caminando hasta mi punto. No había nadie por aquí, ni siquiera el rey se había despertado a organizar sus tropas que guiarán a los exiliados a destino no prescrito; tampoco la reina, ni los príncipes, ni siquiera los sirvientes andaban por aquí. Myles se ocuparía de las doncellas que vayan mi habitación, ya que me entregó una orden firmada por el mismo rey que autorizaba a Myles y el desconocido, que ahora sé que se llama Darian, Dorian o algo así.
Mi rostro inexpresivo, mis ojos fijos en mi camino, me adentré a la cocina del castillo de Arce como si nada, estando consciente de que alguien ya podría estar allí. Para mi estupenda suerte, en ese lugar no había absolutamente nadie, ya que los sirvientes solamente se levantaban una hora antes que el rey y la reina, y nadie sabía que la princesa se iría a tal hora cada semana para una revisión. Tampoco tenía idea de cuanto podría llevar embarazada. ¿Un mes? ¿Dos? No demasiado, no tiene un pequeño globo en el abdomen.
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Mayor Engaño © [TERMINADA]
FantasíaPrimer libro de una bilogía [Bilogía Contradicciones]. La reina de los dioses. Hera Zabat era una simple chica que vivía en un mundo dividido en tres (Pasado, Presente y Futuro), y para su mala suerte, ella vivía en la peor de esas partes. Vivir e...