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Capítulo tres.

|| Dedicación:  Soy_pendeja31 ||

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   Su mirada bajó por mi cuerpo, inspeccionando sin quererlo. Lo entendía, era inevitable. Pero...

—Lady Hera, ¿puedo preguntar qué hace en los aposentos de mi hermano? —consultó el príncipe mayor.

   Sonreí levemente, intentando no mostrar mi nerviosismo. Con mi cuerpo impedía que el príncipe Aryon viera a su hermano tendido sobre la cama, inconsciente. Así que me aseguré de hacer sentir al príncipe lo más incómodo posible para que se marche.

   Apreté los labios, bajando mi mirada a sus labios y subiéndola a sus ojos nuevamente.

—Mmm, ¿además de follar? Oh, ¿o se refiere a los detalles de lo que hago aquí? Porque le aseguro que puedo mostrarle las geniales posiciones que puedo hacer o lo flexible que soy...

—No necesito saber más —me detuvo.

   Quiso inspeccionar hacia dentro, pero cubrí toda su visión con mi cuerpo. Como lo esperé, desvió la mirada y yo aproveché ese momento para ver su atuendo, el cuál consistía aún en un traje, aunque bastante desalineado para lo que esperaba.

Bueno, ni siquiera lo esperaba, ya que su esposa acaba de perder a su hijo y...

   Elevó la vista de nuevo a mí, notando sus claros ojos cristalizados mirarme al instante. Inmediatamente pensé en él, en su esposa, su hermano y sus padres por un segundo, me puse en sus zapatos unos diminutos segundos y me sentí mal al respecto.

Pero sólo fueron segundos de debilidad.

   Aclaré mi garganta y sonreí levemente.

—¿Necesita algo? —le pregunté educadamente.

   El príncipe Aryon se colocó derecho, estirando sus piernas como debe y su espalda recta como debería. Levantó su mentón, apagó su mirada y vació su voz al responderme.

—Que se vaya. Me haría un gran favor en este momento.

   No pude evitar abrir mis ojos sorprendida, fue inevitable.

Mi ropa, su ropa, el chico...

¡¿Qué hago?!

   Sonreí dulcemente, relamiendo mis labios levemente.

—¿Es necesario interrumpir tal momento de pasión? —volví a preguntar—. ¿No podría volver más tarde? Estoy segura que su hermano lo recibiría a cualquier hora.

—Hasta con chicas entre sus piernas suele recibirme, así que le pido, por favor, que se mueva antes de...

—¿Antes de qué? —desafié.

Mayor Engaño © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora