Mayor Engaño © [TERMINADA]

|10|

Capítulo diez.

Mi plan había funcionado a la perfección.

   Bajé la cabeza cuando la mirada de Amon se cruzó con la mía.

Maldita sea, pensé que esto no sucedería.

El mismo día que me marché de Futuro, del castillo de Arce, mandé a Amon a hacer un último trabajo sin dar explicaciones, ni siquiera le dije a Jean sobre lo que había hecho.

¿Yo? Mandé a Amon a colocar una carta escrita por mí en la habitación del príncipe menor. La carta decía claramente que el día que Aren y yo supuestamente nos acostamos, no usamos protección de algún tipo, hasta le quitamos importancia y no hablamos de ello los días siguientes, que para él había sido nada. Pero en la misma carta indicaba que la chica, o sea yo, había comprobado que estaba embarazada gracias a una bruja del pueblo, quien puede ver desde el día uno a la mujer embarazada, mientras Aren robaba un conejo de su hogar y compraba un violín para tocarme, aunque ese momento se arruinó segundos después cuando fuimos atacados. Especifiqué todo esos detalles de cuando fuimos atacados, que corrí ya no por mi vida, sino por la del niño en mi vientre, y que no había dicho nada porque eso influiría en la decisión que tomara a la mañana siguiente.

   Tragué el nudo en mi garganta cuando Amon tomó mi mano y me obligó a levantar la cabeza para atreverme a mirarlo.

—¿Estás lista?

   No tardé en responder:

—No.

   Empujé su mano a un lado cuando decidí volver a mirar por la ventana, apreciando nuevamente aquella vista blanca, aquellos raros animales asomándose a medida que el carruaje avanzaba a toda velocidad por su campo. Los árboles se movían de un lado a otro por el viento proveniente de todas partes, lo que me explicaba que probablemente venga una tormenta. Podía sentir en el mismo ambiente de Futuro que el mundo entero no me quería aquí, tal vez porque este lugar sabría lo que haría.

   Tal vez no debí hacerlo, pero en cuanto un pensamiento se cruzó por mi cabeza no pude evitar tomar nuevamente la mano de Amon y hacerlo mirarme. Tal vez fue el mismo sentimiento de fracaso y culpa que sentí cuando me echaron de Futuro por primera vez, pero...

—¿Dónde está Myles?

   Y aunque Amon tardó mucho tiempo en contestar, comprendí porque lo había hecho cuando dijo:

—Dirige a un grupo de insurgentes hacia la aldea donde atacamos a Aren para separarlo de tí —confesó. Se llevó su mano libre al cabello, acomodándolo.

   Suspiré. No me importaba qué podría pasarle a ese inmundo pueblito, pero sí lo que podría sucederle a mis compañeros si los atraparan en el acto. ¿Exilio a Nihil? ¿Tortura?

—No dejes que Myles se entere que estoy aquí. Y si lo hace, no lo dejes venir —le pedí a Amon.

   Él no habló, pero movió la cabeza de arriba hacia abajo para indicar que lo haría. Sonreí tranquila cuando él también lo hizo, pero mi cuerpo tembló por completo cuando el carruaje fue bajando su velocidad para detenerse de un segundo al otro, sacudiéndonos como niños pequeños a gatitos y perritos.