Extra #2

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Extra: Antes de Hera.

Amon.

|| Dedicación: a todas las personas que siguen aquí <3 ||

Narrador omnisciente.

   El cuchillo desgarró el cuello del hombre cuando el chico de cabello blanco elevó su mano con prisa e indiferencia. La gente su alrededor comenzó a gritar y correr cuando lo vieron caer. Todos corrieron fuera del bar o se cubrieron en busca de refugio del cruel asesino de los pueblos de Futuro.

—Es más divertido si comienzan a correr —dijo él a los que aún no habían corrido. Llevó una de sus manos al cuello del hombre tendido sobre la barra de madera y deslizó sus dedos por la sangre que brotaba del cuello del muerto—. Es como salir de cacería. Así que corran porque me gusta despellejar mis presas —advirtió el chico, elevando su mano con la sangre de su víctima a su rostro, sus labios, y sonriendo malévolamente mientras relamía sus labios.

   Las demás personas que faltaban comenzaron a correr cuando lo vieron. Y sólo cuando todos salieron del bar, él tomó asiento y se sirvió un vaso de ron con sus ensangrentadas manos.

Vacío.

Aún se sentía vacío matando violadores.

Pero al menos ellos ya no harían daño a nadie.

Futuro era indiferente a aquellos temas, ya que simplemente los encarcelaban para luego soltarlos o exiliarlos a Nihil cuando les convenía. De esa manera él pudo conocer los delitos de cada uno de esos asesinos, violadores, acosadores y mala gente.

Amon se había convertido en un defensor de inocentes sin que nadie lo supiera.

Y aunque mataba y dejaba sus cuerpo allí, a exposición de la gente de Futuro, él siempre esperó ser encarcelado y ser exiliado a Nihil para que todo este vacío finalmente se acabe.

Nunca había pensado en ser uno de los asesinos más buscados de Futuro. Tampoco se le había cruzado por la cabeza huir de su destino o su castigo.

   Así que se bebió al menos media botella de ron, pensando y pensando más en sí mismo y en lo que le deparaba a futuro que cuando los guardias entraron por la puerta del bar, él ni siquiera los oyó, no hasta que cayó al suelo cuando le golpearon la cabeza.

Amon estaba perdido en sí mismo.

Y no tenía esperanza alguna de salir de allí.

Perdido...




(...)




   Las celdas en Futuro podían ser terriblemente frías cuando se lo proponían, pero él ya estaba demasiado acostumbrado a eso como para quejarse. Así que simplemente se recostó en el suelo y esperó su muerte, aquella que aunque deseara con todas las ganas, jamás llegaría.

Hipotermia, puñalada, caída, desangrarse...

Había tantas formas de morir.

Y no se atrevía a ninguna por su propia mano. Sólo quería que la vida finalmente le dijera que ese sería su final y lo aceptaría.

Pero jamás llegaba.

Y estaba cansado de eso.

   La puerta de entrada sonó, lo que él pensó podrían ser los guardias, que al fin habían llegado para llevarse a los que serían exiliados a Nihil por petición del rey Sirius. Sus compañeros del hogar permanente que era la prisión, esos compañeros comenzaron a gritar obscenidades, a arrojar piedras, silbar e insultar. Amon no se había molestado en ponerse de pie, ni siquiera en ver a quiénes o quién había entrado, pero sí le llamó la atención cuando oyó los pasos cada vez más cerca de su celda. Esos pies llenos de nieve se detuvieron al final del pasillo, justo frente a la celda de Amon y el chico más peligroso de aquí, alguien de Presente que había logrado una masacre en un bar, bastante cerca de lo que hizo el chico horas atrás. Amon se había dignado a elevar un poco la cabeza para ver.

Mayor Engaño © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora