Llegamos a mi casa. Abro la puerta y dejo el maletin en un esquina. Me giro hacia Ruben, que esta con la boca abierta mirandola. Me rio.
-Bien, pues esta es mi casa.
-Pedazo de casa, querras de decir.
-Buah, tampoco es para tanto.
Ruben se queda callado mirandola de nuevo.
-¿Quieres que te la enseñe?
-Por favor.
-Vale, pues aqui esta el salon y aqui el baño, al lado esta mi despacho -digo señalandole- despues si vienes por aqui esta la cocina.
Voy hacia las escaleras y el me sigue.
-Si subes, esta mi dormitorio, a la derecha esta el vestidor y a la izquierda mi baño, si seguimos todo recto esta mi pequeña terraza. Y ya esta, esta es mi casa.
-Madre mia, pedazo casa, ¿No tienes puertas?
-No, no me gustan, prefiero verlo todo.
-Ah, vale.
Sonreimos y me coje la mano. Me lleva abajo y me sienta en el sofa encima de el.
-La casa es muy bonita, pero hemos venido aqui para otra cosa.
-Lo se. -digo bajando la cabeza-.
-Empieza, voy a estar aqui.
-¿Por donde empiezo?
-Por que te da miedo enamorarte.
-Por que la primera vez que me enamore, no es que el chico sintiera lo mismo por mi y yo lo senti muy bien. Desde ese momente, me prometi que no me volveria a enamorar, solo tendria relaciones de una noche.
-¿Que quieres decir, con que lo sentistes muy bien?
-¿Que como senti que el no me queria?
-Si.
Me levanto y me desabrocho la camisa. Me doy la vuelta y me voy quitando la camisa. Por favor que no me toque, por favor que no me toque. Siento como se levanta.
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Con derecho a besarte
RomanceSonia, una abogada reconocida por todo el mundo. No cree en el amor ni en los hombres. Todo esto sigue en pie, hasta que concoce a Ruben. Un chico que vive el dia a dia. Completamente opuestos, pero perfectos para estar juntos.