Capitulo 47

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Nacho y yo ya estamos en el ring. El esta en frente de mi en su esquina. Me acerco al centro y el hace lo mismo. Me cubro la cara con los guantes y los dos empezamos a saltar. Yo soy la primera que tira el puñetazo. El le esquiva y me hace un gancho que me da en la barbilla. Me voy hacia atrás del golpe. Joder. Es muy bueno. Yo voy hacia el deprisa y le voy tirando puñetazos hasta tenerle contra las cuerdas. Bien, Sonia, bien. Le hago un gancho y le doy. Su acto reflejo hace que tire un puñetazo que me da en el pómulo y en la nariz. Ah, eso a dolido. Yo le hago lo mismo. Pero no le llego ni a rozar. Nos ponemos los dos de nuevo en el centro. Empiezo a salta, pero me paro en seco cuando Nacho me mira preocupado y siento algo en la nariz. Mierda. Me salgo del ring rápido y voy hacia el vestuario de chicas. En el camino me quito los guantes. Cuando llego a el, dejo todo en el banco y me voy a mirar al espejo. Estoy sangrando. Otra vez. Me lavo la nariz con nariz y me siento en uno de los banco, con la cabeza hacia arriba, hasta que se me pase. 

Tengo los ojos cerrados, mientras que esta mierda se pase. Siento que la puerta se abre del vestuario. Miro de reojo. Es Nacho. Al verme viene corriendo hacia mi. 

-Joder, Sonia. Lo siento, yo, yo...-dice preocupado y sintiéndose culpable-.

-No te preocupes, por esto. Me iba a pasar tarde o temprano. No me este sangrando la nariz por la pelea, ni por tu puñetazo-le interrumpo, intentando tranquilizar-.

-¿Que? ¿Por que dices eso? Claro que ha sido por mi golpe.

-No, no ha sido por eso. 

-¿Entonces por que es? Dímelo.

No contesto. No quiero contestar.

-No diré nada, por favor. Se te ve preocupada. Vamos, morenita, dímelo.

Cojo aire, abro los ojos y le miro. 

-Tengo una enfermedad, Nacho.-murmuro-.

-¿Que?¿Tienes cáncer?

-No, no, no.-digo asustada-.

-¿Que es?

-Es una enfermedad hereditaria. Simplemente es que tengo la proteína de la sangre defectuosa y me provoca que sangre de la nariz cada poco tiempo. Suelo sangrar cuando estoy nerviosa, acelerada o algo así.

-Dios, pensé que te había echo eso yo.-dice mas relajado-.

-No, no has sido tu, tranquilo-digo sonriendo-.

Me toco la nariz y siento que ya no sangro. Coloco la cabeza bien y me levanto del banco. Cojo los guantes de nuevo y salgo. 

Son casi las siete y media de la tarde cuando salgo por la puerta del gimnasio. Se ha echo muy tarde. Todos han ido a ver que me pasaba en cuando he salido del vestuario. Nacho ha estado todo el rato pendiente de mi, cosa que agradezco de corazón. Esta oscureciendo.

Aparco a bastante distancia de casa. Estoy andando para llegar a ella. Levanto la mirada y veo a alguien en un banco mirando al suelo. No hago caso y sigo andando. Cada vez que me acerco un poco le veo con mas claridad. Mi corazón va a mil, no se por que. Me acerco un poco mas. Es un hombre, tiene el pelo color ceniza y es delgado. Me acerco aun mas y reconozco quien es. Dios mio. Ando mas despacio. Estoy a un metro de el.

-¿Ruben?-murmuro-.

El levanta la mirada. Dios esta fatal. Esta muy delgado, al igual que yo. Nos ha afectado a los dos por igual. Le miro los ojos. ¿Donde están? ¿Donde están esos ojos verdes que me volvían, me vuelven y me volverán loca? Están escondidos detrás de una nube de lagrimas y ojos rojos. Ahogo un sollozo, con la mano. Ojala pudiera no hacer caso a su estado y dejarle, pero no puedo. Me acerco un poco a el y me agacho, para estar a su altura. El no hace nada, solo me mira. Me mira, me observa. No habla. Levanto mi mano y le aparto el largo pelo de su frente y de sus ojos. Le miro a los ojos. Le quiero, le quiero, le quiero a pesar de todo. Le cojo la cara con mis manos. Le quiero besar, pero no, tiene novia. ¿Que se supone que debo hacer? No puedo dejarle aquí solo. A lo mejor a quedado con Vicky.

-¿Has quedado con Vicky?-le digo-.

Niega con la cabeza, pero no articula palabra.

-¿Te quedaras aquí?

No dice nada. A lo mejor quiere hablar con alguien, ¿y ese alguien soy yo?. No lo se.

-¿Estas bien?¿Necesitas algo?

No responde a nada. Solo le veo caer lagrimas de sus ojos rojos.

-Ruben, por favor, háblame, por favor...

-A ti-dice sin mas-.

-¿Que?

-Te necesito a ti.

Noto que el corazón se me para y las mariposas que antes estaban dormidas y casi muerta, de nuevo están volando en mi estomago. ¿Por eso esta tan mal? ¿Por mi? No, no puede, por mi. Tendría que estarlo por Vicky. ¿Como puedo quererle tanto? ¿Donde esta la mujer independiente que odiaba el amor? ¿Donde? 

-Ruben, por favor no...

-Sonia.-se limita a decir-.

-Ya lo hemos intentado y no...

-¿Y por que no otra vez?

¿Me quiere matar? ¿Me va a destrozar? 

-Ruben, me vas a destrozar de nuevo como lo intentemos otra vez.

-Entonces tu no hagas nada, déjame a mi.

¿Que? No lo entiendo, quiere que me deje llevar y que el haga todo. 

-Empecemos como amigos, de nuevo.

-¿Y Vicky?

-Te lo explicare.

-Ruben, yo...

-Déjame, por favor...-dice suplicando, aun llorando-.

-Ven-me limito a decir-.

Me levanto y hago que el también lo haga. Empezamos a andar hacia mi casa. El esta cabizbajo en todo el camino. No me habla, parece que esta haciendo un guion de lo que me  va a decir. 

Meto la llave en la cerradura y abro la puerta. Entro dejo la bolsa en la esquina. Me doy cuanta de que Ruben aun no ha entrado en casa. 

-Pasa-digo acompañando de un movimiento de cabeza.

El entra y me mira. Le sonrió y el saca su pequeña sonrisa de lado, que mataría a cualquier persona. Vamos mejorando, por fin a dejado de llorar y ahora esta sonriendo, aunque solo sea un  poco. Un aire fresco me invade en todo mi cuerpo.

Con derecho a besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora