Capitulo 50

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Abro la puerta de casa, estoy muy cansada. Muchas cosas me han pasado en las ultimas doce horas. Suspiro y pienso en Ruben. Que por cierto, ¿Donde esta? La casa con las luces apagadas, no hay ninguna luz, por lo menos en la plana baja. Subo a la habitación y ahí esta. Sonrió. Esta tumbado en la cama, dormido. Tiene aun la ropa de la calle, en su mano esta el móvil. Descansa como un bebe, en su cara se puede ver una sonrisa. Noto que mi cuerpo se derrite y me muerdo el labio. Me desnudo y echo la ropa a lavar. Me meto en la ducha. Dios, que relax, esto es lo que necesitaba. Tardo menos de diez minutos en ducharme. Salgo y me pongo el pijama, bueno si se puede llamar pijama a lo que me pongo, yo llamo pijama a unos pantalones cortos de un pijama de hace mil años y a una camiseta básica blanca de manga corta. Me escurro el pelo en una toalla y me lo dejo secar al natural. Salgo del baño y aun sigue dormido. Miro la hora las once de las noches. Voy hacia el. Le quito el móvil de la mano y lo dejo en la mesilla. Le quito los zapatos y le tapo con la sabana. El se mueve un poco, a modo de confort en mi cama. Me hace sonreír aun mas. Bajo a la cocina y me preparo mis cereales. Me siento en una banqueta de la cocina, viendo una serie que no se de que habla ni de que trata, solo la he puesto para que me haga compañía. Cuando termino, recojo todo  y me voy al despacho a trabajar.

Estoy trabajando, sigo trabajando. Miro la hora las tres de la mañana. Dios, se me ha ido de las manos esto de trabajar. De repente se enciende una luz. ¿Que cojones? De un momento a otro aparece Ruben en el umbral del despacho. Dios, pero si solamente su silueta me mata. Veo que se adentra en el despacho y viene hacia mi. Me río al ver la cara de dormido que tiene. Cierro el ordenador y le sigo con la mirada. El sonríe.

-Creo que has trabajado bastante por hoy, ¿No crees?

-Bueno, podría hacerlo un rato mas-digo encogiendo los hombros-.

-Ven a la cama conmigo.

Sonrió y me levanto para estar aun mas cerca de el. Me da la mano y me besa. Sus labios, atrapan a los míos con ganas. Como le he echado de menos. Como le necesito. Cuando casi no podemos respirar, nos separamos.

-Te he echado de menos, pero tanto. Perdóname-murmura-.

-Chus.-digo poniendo el dedo indice sobre sus labios.

Sonríe y nos vamos a la habitación. Estoy a punto de echarme en la cama, cuando le veo que aun esta con la ropa de estar en la calle. O no, no, no así no se mete conmigo en la cama. Me levanto y me voy al vestidor. Miro las osas que tengo de mis hermanos, cuando vienen de vez en cuando. Veo un pijama y le cojo. Entro de nuevo a la habitación y le tiro el pijama a las manos. El le coge y le deja encima de la cama. Se empieza a desvestir, primero la camiseta, luego los calcetines y lo ultimo el pantalón. Oh, por favor, que no se ponga el pijama, aun.Me levanto y me voy hacia el. Le como los labios. Le deseo. Nos separamos.

-¿Que haces?-murmura extrañado-.

-Te necesito, hazme el amor, Ruben.

-Eso esta echo, cielo.-dice sonriendo-.

Esa sonrisa. Me vuelve a besar con mas ganas. Yo le disfruto, lo máximo que puedo. Al final me muerde el labio. Ah. Me quita la camiseta. No tengo nada debajo. El me mira la barriga, toca cada cicatriz. Yo hago una mueca y le quito la mano de ellas. No, no puedo, aun no. Siento dolor, ese recuerdo de dolor cuando me las hicieron. No estoy preparada, para que el me las toque como si nada. El me levanta la cara con dos dedos y me mira a los ojos.

-No te preocupes, estaré aquí, para cuando estés preparada.

No le puedo responder, no me deja que le responda. Me besa. Al segundo los pantalones ya les tengo quitados. Me toca como el solo sabe tocarme. Como le he echado de menos. Cuando me doy cuenta ya estoy tumbada sin nada de ropa y el encima de mi desnudo. Deja su boca sobre la mía y empieza a dejarme un camino de besos desde mi boca hasta mi cuello. Me besa el cuello, se detiene en el como si fuese su mejor mapa, para perderse. Disfruto de su contacto. Dios, como me gusta. 

-Ruben, te deseo.-jadeo-.

El levanta la mirada y me mira. Le puedo ver una media sonrisa. ¿Lo esta haciendo adrede? El vuelve a mis labio me besa con mas necesidad y en un movimiento rápido y calculado, ya esta dentro de mi. Ah.

-Joder, que bruto eres-me quejo-.

-¿Te he echo daño?

Afirmo con la cabeza. No me lo esperaba que me lo haría tan fuerte. Se mueve despacio, mientra me besa. Noto un calor interno, sube por todo mi cuerpo. Bajo mis manos desde su cara hasta su culo y le obligo que lo haga mas deprisa. Necesito mas velocidad. Ah, si. Abro los ojos y le veo. Sonrió. Así te quiero tener para siempre. Mis pulsaciones aumentan. Me arqueo y gimo. Siento la respiración de Ruben en mi oído. Oh, por favor. Hemos llegado los dos junto al orgasmo. 

Estoy apoyada en su pecho. Miro hacia arriba esta dormido. Que mono es cuando duerme. Miro el reloj, las cinco y media. Dios, yo no voy a aguantar tanto tiempo aquí en la cama sin hacer nada. No he dormido nada, pero no me preocupo, puedo estar sin dormir mucho tiempo. Me acuerdo cuando salia de fiesta y encima tenia que ir a la universidad al día siguiente sin dormir. Si no me quede dormida ese tiempo en clase, trabajando, tampoco tendría que hacerlo. Cojo el brazo de el, que esta sobre mi cuello, para quitármelo de encima, pero es imposible, tiene fuerza. Cuando le quito el brazo, por fin, despacio me levanto de la cama y voy hacia el baño.

-No te vayas, aun no, es muy pronto-murmura casi dormido-.

-¿Pero tu no estabas dormido?

-Estaba, pero sin ti no puedo dormir.

Oh, como puede se tan bonito. Me acerco a el le doy un beso en los labios. El me agarra por la cintura y hace que me meta de nuevo en la cama. Yo lo hago encantada. Me acurruco a el, escondiendo mi cara entre su cuello. Que bien huele. Mientras el me hace cosquillas en el brazo. Poco a poco me pierdo en un sueño profundo.

Con derecho a besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora