Es lunes, vuelvo al trabajo como de costumbre. Aparco el coche y entro en el bufe.
-Buenos dias. -digo sonriendo-.
-Buenos dias, se te ve, diferente. Te han sentado bien las vaciones, ¿no? -dice Maria riendose-.
-Parece que si. -digo riendo-.
Me guiña el ojo y la sonrio. Entro en mi despacho. Dejo las cosas y enciendo el ordenador. Llamo a Maria, para que me de casos nuevos. Entra y ambas nos sentamos.
-¿Que casos nuevos hay?
-No mucha variedad, divorcios y separaciones.-dice dandome carpetas-.
-Agh, ¿Para que la gente se casa?
-No tengo ni idea.
-Bueno, empecemos.
-Vale, te dejo sola.
-Bien.
Se va y yo resoplo mirando el monton de casos que hay. Cojo una carpeta y empiezo a trabajar. Miro la hora, ya es la una. Me vibra el movil. Le busco en el bolso. Maldito bolso. Por fin, le encontre. Ya han colgado. Miro mi ultima llamada, es Ruben. Sonrio solo de ver su nombre. Doy a llamar.
-¿Si?
-Hola Ruben, ¿Que querias? Estaba trabajando.
-Me lo imaginaba, oye, ¿Te apetece ir a comer?
-Vale, ya sabes a que hora termino.
-Si, te pasare a buscar.
-Vale.
-Te quiero.
-Y yo.
Cuelgo. Me muerdo el labio. Espero que no me lleve al BurgenKing ni nada parecido. Odio esos sitios. No les aguanto. El resto de horas me las paso mirando para que llegen ya las tres. Como una adolescente en el instituto a ultima hora. Estoy centrada, cuando tocan a la puerta. -¿Si? Pasa.
-Sonia, ha venido un chico a buscarte.-dice Maria asomando un poco la cabeza-.
-Vale, dile que ahora salgo.
-Vale.
Cierra la puerta, al igual que yo las carpetas. Cojo mi americana y mi bolso y me voy.
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Con derecho a besarte
RomanceSonia, una abogada reconocida por todo el mundo. No cree en el amor ni en los hombres. Todo esto sigue en pie, hasta que concoce a Ruben. Un chico que vive el dia a dia. Completamente opuestos, pero perfectos para estar juntos.