Salgo del bufe. Oxigeno. Aire de viernes. He estado tan ocupada esta semana, que casi no le he visto, ni se nada de el. Me despido de Maria y me voy a casa. Meto la llave para abrir la puerta de casa. Dejo el maletin y el bolso en la esquina de la entrada y subo las escaleras. Me desvisto y me meto en la ducha. Que paz. Noto como el agua cae sobre mi espalda. Me retiro un poco. Duele. Aun me acuerdo de los momentos de dolor. De como el cinturon chocaba y me zurcia la espalda. Siento como me cae una lagrima. Salgo de la ducha y me pongo un chandal y una camiseta blanca basica. Cojo el secador y me seco el pelo. Cuando ya esta seco, me le recojo en una coleta y bajo a la cocina. Enciendo la tele. Cojo una taza, leche y cereales. Voy a meter la taza de leche al microondas, cuando suena el timbre. Que raro, son las cinco de la tarde. ¿Quien sera?. Me peino un poco y voy a abrir la puerta. Abro la puerta, ¿Ruben?. Es Ruben, trae una bolsa. Viene vestido con unos pantalones vaqueros y una sudadera negra. Su estilo. Sonrio y me aparto a un lado, para que entre. Entra y cierro la puerta. Me da un beso y vamos a la cocina. Saca comida de la bolsa. Unos tapers. Son los dos de ensaladilla rusa. Oh, dios, que rico.
-¿Te apetece?
-Mmm.. dios, si.
-Sabia, que no ibas a comer en condiciones.-dice señalando la leche y los cereales-.
-No soy de hacer comidas.
-Ya lo se, por eso he venido.
Cojo un poco de ensaldilla y la pruebo. Esta riquisima.
-¿Lo has echo tu?
-Ojala, lo ha echo mi madre.
-Ah.
Empezamos a comer. Ninguno de los decimos nada. Solo saboreamos la comida, mientras vemos la tele. La comida esta muy buena.
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Con derecho a besarte
RomanceSonia, una abogada reconocida por todo el mundo. No cree en el amor ni en los hombres. Todo esto sigue en pie, hasta que concoce a Ruben. Un chico que vive el dia a dia. Completamente opuestos, pero perfectos para estar juntos.