Capitulo 46

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Me falta poco para llegar a casa. Son casi las cuatro de la mañana. Tengo frío. Mucho frío. Solo pienso en todo lo que ha pasado en menos de cinco horas. Nueva novia de Ruben. Nacho mi nuevo amigo. Ruben diciendo que me quiere. Yo llorando. Ruben besando a su novia minutos después de decirme que me quiere. No puedo mas. ¿Quien me mando enamorarme? Yo estaba feliz con mi soledad y mis chicos de una noche. 

Saco las llaves del bolso y entro en casa. Nada mas entrar, digo adiós a los tacones. Son muy cómodos pero prefiero estar descalza. Me voy quitando la ropa hasta llegar a la cocina. Abro el frigo y me cojo una coca cola. Que rica sabe. Voy al bolso y cojo el móvil. Veo que tengo un mensaje. ¿De quien sera? Es tarde. Abro las notificaciones. Nacho.

-¿Que tal ya has llegado a casa? 

Que atento es por favor. Solo me conoce de una semana y ya me trata como si fuera una amiga de toda la vida. Seria un novio ideal, pero no quiero nada con el. Estoy bien siendo solo amigos. Sonrió y le contesto:

-Sii, ¿Ya has ligado? ✔✔

-No, aun no, pero tardare poco.

-Que bobo eres jajaja ✔✔

-Morenita, ¿Estas bien? ¿Te veré el lunes?

-Si estoy bien y si me veras el lunes. Gracias por todo. ✔✔

-Bieeen. De nada, morenita.

-Buenas noches, rubiales. ✔✔

-Buenas noches, morenita.

Sonrió y bloqueo el móvil. Le dejo cargando y me voy hacia las escaleras para subir a la habitación. Pero me suena de repente el móvil. ¿Quien es? Por favor quiero que se acabe el día de una vez por todas. Voy hacia el y miro quien es. Me quedo como si hubiera visto a un fantasma. No puede ser. No puede ser verdad. Es Ruben. ¿Cuelgo o le cojo? Cierro los ojos. Suspiro. Y algo hace que deslice el dedo en la pantalla y le coja el teléfono.

-Sonia.-dice con la necesidad de decir ese nombre-.

-Dime.

-Perdóname, déjame explicártelo.

¿Que? 

-¿El que?

-Todo. Explicarte el por que de todo.

Me quedo sin habla. ¿Quiero saberlo? No, no, no. Estoy mejor en mi ignorancia. 

-No quiero que me expliques nada, Ruben. 

No habla. No me contesta. Solo le oigo respirar. ¿Pero que le pasa? Me llama para nada.

-Pero yo si que quiero explicártelo.

-Déjame, Ruben de verdad.

-Suena tan bien mi nombre en tu boca.

Y a mi me encanta decirle, Ruben. Hazme caso. Pero no para esto exactamente.

-Adiós, Ruben.

Cuelgo. Siento que una lagrima se me cae. Vuelvo a dejar el movil en la mesa y me voy de nuevo a la habitación. No me desmaquillo. No me apetece. Me tumbo en la cama, me tapo la cara con las manos.  ¿Por que me lo quiere explicar? ¿Por que dijo esa ultima frase? Mi cabeza esta llena de porqués. Al poco rato me quedo dormida.

Me despierto. Puto despertador. Ya es lunes. El fin de semana se me paso visitando a Carmen y Luis y sin quitarme a Ruben de la cabeza, bueno, a el y como besaba a Vicky. Me estiro en la cama y me levanto. Voy al baño. Me ducho, me peino y me maquillo. Bendito maquillaje, que hace que pase de tener una cara con ojeras a la de una muñeca. Me visto con unos pitillos blancos, una camisa negra y unos tacones negros. Bajo a desayunar. Lo mismo que siempre. Mi café con leche no me lo quita nadie. Mientras la leche se calienta enciendo el portátil. 

Termino de tomarme el café. Cierro el portátil. Lo meto en el maletín, al igual que el móvil. Cojo el maletín y la bolsa para el gimnasio. Cierro la puerto y me voy al coche. Pongo la música a tope, para no poder escuchar a mis pensamientos. Es lo mejor.

Entro en el bufe. Sonrió, para que la gente no note nada y siga trabajando. Voy hacia mi despacho y veo a Maria sentada en su mesa con su ordenador. Ella levanta la vista y me ve, al segundo me sonríe, yo le hago lo mismo.

-Buenos días, Maria-digo sonriendole-.

-Buenos días, Sonia.

-Dentro un rato pasa y me dices que tal los casos.

-Vale, ahora entro.

-Cuando puedas.

Ella afirma con una sonrisa. Entro y dejo la bolsa de deporte en una esquina, para que no moleste. Pongo todo en orden para que empezar a trabajar. Llevo mirando casos mas de treinta minutos, cuando oigo golpes en la puerta, sera Maria.

-Pasa, Maria.

Abre un poquito la puerta y veo la cabezita de Maria asomarse. Esa escena me hace reír. Que mona es.

-¿Puedo?

-Claro, Maria, pasa.

Ella entra y se sienta en una silla enfrente de mi. Me cuenta los nuevos casos que tenemos. Casi todos divorcios. Dios mio. Para que la gente se casa, para luego tener que hacer esto. Cuando Maria termina de decirme todos los nuevo casos, se va. Ella cuando esta casi en la puerta, apunto de irse, se gira y me mira.

-Por cierto, Sonia, a venido un chico y me ha dicho que te de esto y que le perdones.-dice entregándome un llavero con unos guantes de boxeo y el logo de Youtube-.

¿Que ha venido aquí? No me lo creo.

-Vale, gracias.-digo cogiendo el llavero-.

-¿Te puedo decir una cosa, Sonia?

-Emm, si claro dime.

-No le dejes marchar, si un chico hace eso por ti, es que te quiere y mucho-dice dejándome sin palabras- Ademas de estar muy bueno- añade en susurro-.

Me echo a reír. Dice la verdad. Ruben esta muy bueno, para que negadlo. Maria se va, dejándome sola. Niego con la cabeza y me pongo a trabajar.

Miro el reloj. Las dos y media. Se acabo por hoy. Me voy de aquí. Recojo todo y cojo la bolsa del gimnasio. Me despido de Maria y del resto de los trabajadores y me voy al gimnasio. Me pongo los cascos, mientras me voy comiendo una barrita de cereales y fresa. Que buena esta. 

Llego al gimnasio y veo a Nacho. Cuando me ve se queda sorprendido igual que el resto del gimnasio. ¿Que les pasa? Me miro en un espejo. Ah vale, que sigo vestida de abogada. Me echo a reír.

-Osea que es así como vas a trabajar todos los días.-dice Nacho sonriendo-.

-Si, ¿Te gusta?

-¿La verdad? Me gusta mas tu look rockero del viernes.

-A mi también-digo riéndome-.

-Anda vete a cambiarte, antes de que estos animales te mojen con la babas-.

-Ya voy, ya voooy.

Voy a los vestuarios y me cambio de ropa. Cojo los guantes y salgo de ellos. Caliento un poco y me voy a un saco. Empiezo despacio, pero a medida que recuerdo lo del viernes, voy pegando mas fuerte. 

-No querría ser la persona en la que estas pensando.

-Joder, Nacho, que susto.

-Lo siento-dice riendo-.

-¿Podemos pelear?-digo de repente-.

-¿Que?¿Quienes?-dice boquiabierto-.

-Tu y yo. Por fa, por fa. Juro no hacerte daño.

-Yo es que, no pue...

-Vaaaamos, rubiales-pongo cara de chica buena-.

-Vale, vale, pero sin hacernos daño-dice en advertencia-.

Levanta las manos con los guantes en modo de paz.

Con derecho a besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora