Capitulo 44

15 1 0
                                    

Me termino de duchar y salgo de la bañera. Me pongo mi albornoz y voy hacia el vestuario. Miro por la ventana. Presiento que va a hacer frío esta noche. Como odio el frío. Como odio el calor. Como odio todo últimamente. Cierro los ojos y niego con las cabeza. Llevo la vista a mi ropa. Después de estar un buen rato mirando todo lo que tengo, por fin, me decido. Cojo unos leggins negros, imitando a cuero. Unos taconazos con forma de botín también negros, pero que el tacón es ancho y tiene unos pinchos en color oro, me encantan estos tacones, con super cómodos, aunque tengan tanto tacón. Para la parte de arriba opto por una camisa negra. Me lo pongo todo y me voy a mirar al espejo. 

-Joder, parezco gótica o no, peor de luto.

Me voy a donde guardo todo los collares y veo uno plateado. Le cojo y me lo pongo. Voy corriendo al espejo y me miro.

-Ahora si.-murmuro-.

Voy al baño, me seco y me plancho mi pelo. Que largo le tengo ya, madre mía. Me maquillo, como casi siempre. Lo típico, rimmel, base, colorete y poco mas. Estoy lista. Miro la hora. Las siete y media. Madre mía, como pasa el tiempo. Bajo las escalera y preparo el bolso. Me suena el móvil. ¿Quien sera? Le miro, es Nacho. Por un instante pensé que era Ruben, que ilusa soy dios. Le cojo.

-Rubiales-digo contenta.-

-Morenita, ¿Quieres que pase por ti y así vamos juntos a la discoteca?

-Venga, vale-.

Le doy mi dirección y nos despedimos. Llamo a Claudia y le digo que no hace falta que vengan a recogerme, que voy con un amigo a la discoteca.

Pasan veinte minutos desde que hable con Nacho y suena el timbre. Fijo que es el. Voy hacia la puerta y la abro. Joder, como esta. Estaba acostumbrada a verle con ropa ancha y sudado, y aun así era guapo, pero es que ahora.Va vestido con un pitillo de color mostaza, camisa negra, botas oscuras y una chupa de cuero marrón. Madre mía. Me mira y me sonríe, voy a decirle algo, pero el me corta.

-Tu tan bien lo estas.

-¿Que estoy que?-digo con chulería-.

-Increíble.

-Gracias y tu también lo estas. Pasa-digo estirando mi brazo e invitándole a entrar-.

Entra mirando la casa. Ruedo los ojos, mientras cierro la puerta. ¿Por que todos se quedan impresionados con mi casa? Si vieran la casa de Carmen y luis, flipaban. Es el doble o el triple que la mía. Le invito a una copa, mientras hacemos tiempo hasta las nueve y media.  Nos sentamos en las banquetas de la cocina y hablamos.

-Así que eres abogada.

-Si, no es que me encante serlo, pero si lo soy-digo sincera-.

-¿Y eso?

-No lo se, pero bueno, es lo que hay y tu, ¿A que te dedicas?

-Soy entrenador de boxeo.

-¿Que?¿Trabajas en el gimnasio?- digo seria-.

-Claro, ¿Que te pensabas?

-No se, pensé que daba la casualidad que ibas a mis mismas horas, no lo se.

-Oye, que aunque me guste el deporte, tampoco es para estar ocho horas en un gimnasio.

-Vale, vale, no lo sabia.-digo levantando las manos en modo de paz-.

-Oye, me encanta pasar tiempo contigo, pero si has quedado a las nueve y media, sera mejor que nos vayamos.

-¿Que hora es?

-Las nueve y cuarto.

-Ostias, vamonos.

Recojo los vasos y los pongo en el fregadero. Cojo la chaqueta de cuero negra y me la pongo. Guardo las llaves y el móvil y los meto en el bolso. Cierro la puerta de casa y nos vamos a la discoteca.

Estamos de camino a la discoteca, hablando y riéndonos. Cuando me llaman al móvil. Miro quien es, es Claudia. ¿Que querrá?

-Dime.

-Tia, ¿donde estas?

-Ya, llego, dame cinco minutos.

Oigo sus tacones y como la gente hablando se oyen menos. Se esta separando de la gente.

-Sonia, Ruben esta aquí y esta nervioso, por que no has querido que te vayamos a buscar y por que no llegas-me susurra-.

-¿Podrías decirle una cosa de mi parte?-digo casi gritando, a lo que Nacho se para junto a mi y me toca el brazo y me murmura que me tranquilice-.

-¿No vas a venir?

-Si, si voy a ir, claro que voy a ir, pero solo por ti y por los demás, no por Ruben. 

-A vale, entonces dime que quieres que le diga.-sigue murmurando-.

-Que no se preocupe de mi solo los viernes, también existo mas días. Solo dile eso, el sabrá por que lo digo.

-Vale, veo que necesitas una tarde de chicas.

-No sabes cuanto, Claudia.-digo sonriendo-.

-Anda ven ya, que te quiero ver.

-Ya, llego.

Cuelgo y guardo el móvil en el bolso. Me agarro del brazo de Nacho y seguimos nuestro camino, riéndonos. No voy a dejar que Ruben me arruine la noche. Giramos la esquina y le veo, ahí esta. Nacho me aprieta la mano y me murmura:

-¿Quien es de todos?

-El alto que esta al lado del de gafas.

-Vale, tranquilízate y ahora presentame a tus amigos.

-Vale. Gracias rubiales-digo sonriendo y mirándole-.

Noto la mirada de Ruben en mi, pero no me corto y le doy un beso en la mejilla a Nacho. ¿Que si estoy intentando ponerle nervioso a Ruben? Si, quiero que sufra como yo he sufrido en todo este tiempo por el. Voy hacia Claudia con una sonrisa. 

-Hola-digo a todos-.

Claudia me abraza y al segundo se aparta de mi mirando hacia lo que hay detras de mi. Mira a Nacho. Si querida esta muy bueno. Me echo a reír y voy hacia Nacho, le cojo de la mano y le atraigo, para que este a mi lado.

-Chicos este es Nacho, un amigo-le miro y le guiño el ojo. 

Los chicos le saludan y se le llevan dentro de la discoteca. Ruben les sigue, aunque se que no le ha echo ninguna que el este aquí, conmigo.  Me fijo que al lado de Claudia hay una chica esperando a que nosotras entremos. ¿Quien es? Claudia al ver que la mira, me la presenta.

-Esta es Vicky a venido con Ruben.

No, no puede ser. Ha estado con ella. Por eso no me cogía las llamadas. Quiero irme, no ver a nadie por hoy, pero no puedo por Nacho, no le puedo dejar plantado. No, no, Sonia reacciona. Nadie me va arruinar la noche. Me limito a sonreír. Vicky es bajita, delgada y con el pelo corto y negro. Es muy guapa.

-Encantada, soy Sonia.-le digo mientras la doy dos besos. Sobretodo educación-.

-Encantada, Sonia-dice Vicky-.

Y las tres entramos dentro de la discoteca.

Con derecho a besarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora