Félix se avergonzaba de Changbin.
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Recuerdo.
MinHo escogía algunas papitas, gomitas o alguna chuchería que le gustase.
- ¡Hey, MinHo! -se dio la vuelta a la persona que lo llamaba encontrando a Ryujin corriendo hacia él. - Ya tiene que no nos hemos visto.
Para MinHo, Ryujin era realmente una chica hermosa.
- Ah, supongo que si - sonrió volviendo su mirada a las cosas que tenía en sus manos.
- ¿Que estás escogiendo?
-Oh, hoy iré por Seungmin a la escuela y pensaba comprarle algo que le guste - sonrió. - Pero no sé qué llevarle, todo esto le gusta.
- Entonces llevale esto - Ryujin estiró la mano tomando unas gomitas en forma de fresas mostrándoselas a MinHo. - A mi me gustan estas, son mis favoritas - sonrió. - Debería probar cosas distintas
Observó su sonrisa, sus ojos, su cuerpo y tragó saliva tomando la bolsa de gomitas.
— Le llevaré estas, si a ti te gustan supongo a él también — asintió frunciendo sus labios. — Por cierto, ¿vienes con alguien?
— Oh no, vengo sola es que hoy regresaré a Busan con mi familia así que solo vine a comprar una maleta y más cosas — sonrió. – Me preguntaba si podrías acompañarme, a veces comprar en compañía es lo mejor – río.
MinHo rascó su cabeza y observó su reloj en el teléfono dándose cuenta que faltaban dos horas para que Seungmin saliera de la escuela. Observó a la chica y sonrió asintiendo.
— Esta bien, puedo acompañarte — guardó el teléfono en su bolsillo.
~♦️
Entró al departamento cargando la cantidad de bolsas siguiendo a Ryujin que dejó varias cosas en la cama.
— ¿Dónde dejó estas cosas? — cuestióno MinHo.
— Oh, en el piso está bien — el castaño asintió dejando las bolsas donde se le dijo y solo cargando la suya. — Muchas gracias por ayudarme, MinHo. ¿Gustas un vaso de agua?
— Oh si, por favor — sonrió. Sacó su teléfono de su pantalón viendo la hora y solo faltaban treinta minutos para irse. — Muchas gracias. — tomó el vaso y su contenido de un solo trago. — Debo irme.
— ¿Tan pronto? Quédate un rato más — hizo un puchero tomando su mano. — No me gusta estar sola, por favor, podrías ayudarme a organizar mis maletas.
MinHo ni siquiera debió considerarlo.
Tomó a la menor pasando sus rodillas a los lados de sus piernas y poniendo su trasero entre su entrepierna. Besó con tanta lascividad a Ryujin que se dejó hacer como quiso, pasó sus dedos en el cabello de MinHo acariciando. Quitó su playera y su brasier dejando a la vista sus pechos, algo que sólo le trajeron recuerdos a MinHo.
