-Capítulo 7: ¿De regreso?

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-¿Se puede saber qué pasa aquí?- un carraspeo acompañado de una voz enojada interrumpió mi momento a solas con Lucas

Era una de las superioras.

Yo no sabía que decir, por suerte Lucas estaba allí.

-Nada señora, Esther se sentía mal y sólo vine a ver si estaba mejor…
-¿Qué te sucede Esther?- la jefa interrumpió la explicación de Lucas
-Ya estoy mejor, señora- fue lo único que pude pronunciar
-Entonces asumo que Lucas está de más aquí…- expresó cortante
-No se preocupe, señora, ya estaba de salida- se excusó cortésmente Lucas
-Levántate Esther, ven conmigo- ordenó

Caminamos hasta una de las oficinas y ella cerró la puerta detrás de nosotras:

-¿Qué sabes sobre Ruth?
-Nada, señora- bajé la vista
-Yo sé que ella es tu mejor amiga, te aconsejo que por su bien me digas la verdad
-Señora, en Colosenses 3:9-10 la Biblia nos dice: “No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían, y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su creador, para llegar a conocerlo plenamente”, además el libro de Levítico 19:11 nos enseña: “No roben, no mientan. No se engañen unos a otros”, por tanto si le estuviera mintiendo solo lograría con ello desobedecer al Dios en el cual creo

Por unos instantes percibí asombro en su rostro.

-Estás hablando la verdad- concluyó
-Sí, señora
-Bien Esther, puedes irte.

El día transcurrió algo melancólico para mí…

5:00pm

Ya había finalizado todas mis ocupaciones, pero aún no había señales de Ruth. Me dirigí al baño con la mirada en el suelo, me sentía triste, pero confiada en mi Dios. Después de una ducha que me refrescó fui a comer con los demás, en el camino me encontré a Lucas:

-Hola- saludé con la voz entrecortada
-Hola Esstie

Auch, ese apodo me recordó a Ruth.

Lucas pasó un brazo por mi hombro.

-Sabes que no me gusta verte apagada, las estrellas están para brillar junto a Dios, sea cual sea el problema
-Tienes razón Luke… pero es muy fuerte…- las lágrimas volvieron a ahogarme
-Aquí estamos Dios y yo estrellita

Lucas amaba decirme estrellita desde que éramos niños, suena tierno y me encantaba que me llamara así, pero con el paso del tiempo lo dejó atrás y yo hice lo mismo, pero hay cosas que nunca se olvidan…

-Ey, lo recordaste- hice un intento de sonreír
-Todo por ver esa… “media sonrisa”

Al llegar al comedor me senté junto a Lucas, a pesar de que no estuviera permitido hablar allí… yo no quería diálogo, solo necesitaba compañía…

12:00am

-¡Din, Don, Dan!

Las doce…

No puedo dormir…

La azotea…

Otra vez burlé la vigilancia y subí las escaleras, pero al llegar había alguien de espaldas en el balcón…

¿Ruth…?

N/A
Este Lucas y sus apodos jaja. Gracias por leer! Esperen mis actualizaciones los miércoles, viernes y domingos. Dios los bendiga.

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