Belleza Oscura

Prólogo

Desde que tengo 12 años no he sido feliz ni un solo día de mi vida sabiendo el tipo de persona que tengo por padre y lo que es capaz de hacer. Cuando yo tenía 4 años y mi hermano 6 años mi madre murió al dar a luz gemelas . Al año padre se volvió a casar y tuvo otra hija con su segunda esposa pero al los pocos días de nacida la bebé enfermó y mi padre se volvió loco tratando de salvarla. La llevó a los mejores médico y gastó una fortuna en su tratamiento.

Mi hermana creció pero su salud sólo se debilitó con el paso de los años. Pero mi padre no se daba por vencido y siguió buscando una cura. Hasta que la desgracia tocó a nuestra puerta. El negocio familiar se fue a pique por la pérdida de la mercancía en una tormenta y mi hermana cayó en cama. Padre desesperado emprendió un viaje a Dios sabe donde y regresó con la fortuna restablecida. Poco después se encontró la cura a la dolencia de mi hermana y se recuperó con éxito.

Al cumplir los 12 años padre me llamó a su estudio y me dijo que sin importar lo que pasase él nos amaba a todos por igual pero que aveces hay que hacer sacrificios por las personas que amamos. Yo no entendía por qué me decía todo eso hasta que me explicó como había rehecho su fortuna.

En estos lares a tres días a caballo y cinco en carruaje se encuentra el castillo del dueño de este lugar. El señor del castillo es dueño de esta Corte aunque nunca haga acto de presencia y es bien sabido que los que acuden a su bondad pagan un alto precio. Este lord tenía fama de no pedir dinero como pago sino en carne y hueso.

En el pueblo siempre había oído historias sobre el castillo, desde los tiempos en los que mi abuela vivía habita el mismo señor. Había escuchado que había tenido seis esposas pero no se sabía que le ocurrió a ninguna. Aquellas desdichadas habían sido el pago de la deuda de sus estúpidos padres.

Ahora yo sería una de ellas. Mi mundo se hizo pedazos ¿Por qué yo? Era la única pregunta que me formulaba. Tenía tres hermanas y no les deseaba tal destino pero tampoco entendía como un padre puede vender a su propia hija. Me explicó que me había elegido a mi porque era la mayor y la más fuerte y que así podría pagar su deuda en unos pocos años cuando yo tuviera edad para casarme.

Quiso justificarse diciendo que Abby era muy frágil por su estado de salud anterior y que a Thalía y a Claudia aún les faltaban muchos años para aspirar a casarse. Me dijo que se había sacrificado por nosotros que era mi turno de hacer lo mismo por ellos. Me sentí tan decepcionada que el odio a mi padre empezó a arder dentro de mi como un leño en el fuego.

Cada año que pasaba me acercaba más a mi fatídico destino y eso me deprimía. Yo crecí y conmigo el rencor que le guardaba a mi padre. Desde aquel día nunca volvió a ser el mismo conmigo y me alegro de eso porque . No hubiera podido soportar ninguna muestra de cariño del hombre que me vendió.