Los párpados me pesaban pero tenía la extraña sensación de haber dormido mucho tiempo. Miré a mi alrededor y reconocí la habitación en la que había pasado los dos últimos días. Los recuerdos de la boda, el cuchillo y Bastien acudieron a mi como sangre a la herida. Me toqué el pecho pero estaba sano y no sentía ningún dolor. Quería bajarme de la cama e ir a reclamarle por todo lo que me había hecho pero de seguro me perdería en los pasillos antes de encontrarlo.
Me preparé y me puse uno de los vestido azul cielo de mangas largas con pequeñas mariposas en la falda que parecían a punto de emprender vuelo. Toque la campana y enseguida apareció Lucian por la puerta.
—Buenos días señora.
—Por favor llámame Lyra.
—Está bien señora—se interrumpió a sí mismo —Perdonad es la costumbre.
—No os preocupéis.
—¿En que puedo serviros?
—¿Dónde está Bastien?
—Está desayunando.
—¿Me lleváis al comedor?—le pregunté y se limitó a asentir.
Me llevó por el mismo recorrido del día anterior y me sentí como una imbécil porque yo sola podía hacer ese recorrido. Cuando llegamos a la puerta del comedor se despidió con su expresión fría de siempre y desapareció en el pasillo. Las puertas se abrieron solas y la sala estaba iluminada por la tenue luz que colaba por los amplios ventanales. Bastien soltó los cubiertos de golpe y se puso de pie cuando me vió.
—Me alegro de que estéis bien—sus palabras me enfurecieron y le propiné una bofetada.
—¡¿Como te atreves?!—dije enojada— ¡Casi muero dos veces por vuestra culpa!
—¿Dos veces?—preguntó frotándose la mejilla
— No os hagáis el tonto recuerdo perfectamente cuando tus zarzas casi me asfixian en el laberinto, se que no fue un sueño. No soy estúpida.
El mazculló para si mismo algo sobre la inutilidad de la magia y luego se dirigió a mi.
—Pues no es lo que habéis demostrado. Fuisteis lo bastante estúpida para creer que me tragaría el cuento de su repentino cambio de actitud y sus deseos de que fuéramos un matrimonio bien llevado—dijo como si le hiciera gracia—Supe lo que que estabas haciendo desde el momento en que atravesé esa puerta.
—¿Que queráis que hiciera? Ni siquiera puedo salir de mi habitación sin perderme y tu jardín intentó matarme.
—Tú has provocado todo eso. Lo que entra en el castillo se queda en él. Nadie entra o sale sin mi permiso. Si alguien intentara entrar sin permiso moriría en el intento y viceversa.
—¿Entonces no estoy loca? El castillo cambia.
—El cambio no es el mayor peligro. Intentar salir del terreno si es peligroso.—explicó tranquilamente
—¿Como funciona?
—¿Enserio me creéis tan imbécil para contaros como funciona la casa?—dijo con ironía
—Sois imposible de tratar.
—No me miréis así. Aunque quisiera explicaros no lo entenderías.
—¿Entonces estáis maldito? ¿Tú y este lugar?
—Esa es una forma de decirlo pero creo que es bastante obvio.
—¿Sabes? No lo había notado.—dije con sarcasmo— La verjas que se abren solas son muy comunes hoy en día.
—Entonces lo supisteis desde el primer día.
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Belleza Oscura
FantasyUna chica condenada a hacer algo que no quiere por el bien de su familia. Un castillo que guarda muchos secretos Dos hombres misteriosos Uno de aspecto sobrenatural y el otro sin recuerdos. La nueva portada es cortesía de @MarianMoreno55 muchas gr...