Capítulo X

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Regresamos a dentro en silencio y él me dejó en las escaleras. Pensé que se iría sin decir nada pero me detuvo antes de que comenzara a subir.

-Esperad un momento.

-¿Hay algo más que deba saber?

-Si, pero por hoy ha sido suficiente.-tomó mis manos y vio las marcas donde habían estado sus dedos-¿Te duele?-preguntó levantando la vista y vi la petición de disculpa en su mirada.

-Solo un poco. No os preocupéis, estaré bien.

-Esto es mi culpa dejadme ayudar.-envolvió mis muñecas suavemente con sus manos y cerró los ojos.

No entendía lo que estaba haciendo cuando sentí un cosquilleo en mis muñecas. Luego él abrió los ojos y me soltó. Me miré las muñecas y ya no tenía marcas ni sentía dolor.

-Mi intención nunca ha sido hacerte daño.

-¿Así fue como me curaste las otras veces?-él no dijo nada pero asintió-Gracias.

- Si me disculpáis tengo algunos asuntos de los que ocuparme.

-Sólo aclaradme una cosa más.

-Te escucho.

-Si queríais protegerme ¿Por qué os hicisteis apuñalar sabiendo que podíamos morir los dos?

-Sois tan inteligente como ingenua. Estabais tan molesta que no os disteis cuenta de que presioné el cuchillo en el lado derecho lejos del corazón. La herida no me mataría y se cerraría rápido, lo suficiente para que no corrieras peligro. Sabía que intentarías escapar y necesitaba asustarte para que no intentaras nada.

Ahora muchas cosas cobraban sentido, las curas milagrosas, las lagunas en mi memoria y las desapariciones nocturnas de Bastien.

-Ahora entiendo el por qué de muchas cosas.

-Me alegra saber que las cosas entre nosotros comiencen a aclararse. Ahora os recomiendo que toméis un descanso.

No protesté y estuve de acuerdo en que habían sido demasiadas emociones para un solo día. Me fui a mi habitación a descansar hasta que llegara la hora de la cena. A medio día cuando sentí hambre llamé a Lucian para que me subiera la comida a mi habitación y porque deseaba hablar con él.

Se presentó con la eficiencia de siempre y no parecía molesto por mi continuo silencio. Justo cuando iba a marcharse le detuve.

-Lucian

-¿Deseáis algo más?

- No, sólo tengo algunas preguntas que haceros.

-Responderé siempre y cuando esté en mi poder la respuesta.

-¿Por qué no me dijiste que el castillo estuvo intentando matarme todo este tiempo?

-Os dije que tuvierais cuidado.

-Podríais haber sido más claro. Si Bastien me lo hubiese dicho no le habría creído pero a ti sí.

-No podía decir más que esas cortas advertencias. No soy dueño de mi lengua.

-Entiendo. Sabéis más de lo que decís pero el hechizo que os ata a este lugar no os permite hablar sobre ciertas cosas ¿Es así o me equivoco?

El guardó silencio pero asintió con la cabeza.

-¿Fue Bastien quién te hizo esto?

El negó con la cabeza y sentí un alivio grande porque eso significaba que los tres eramos víctimas de la maldición.

Belleza OscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora