Punta Arenas, Chile.
Macarena había logrado salir del lugar sin ser vista por nadie. Ya había llegado al hostal y lo primero que hizo, aparte de tirarse en la cama, fue llamar a su hermana. Le había prometido contarle todo.
- La ví. - Le dijo apenas contestó.
- ¡¿Qué?! ¡¿Y que te dijo?!
- Nada, o sea, me dijo muchas cosas, pero se casará igual.
- ¿Cómo? Entonces, ¿no te quiere? - Preguntó una confundida Josefa al otro lado de la línea.
- No sé, se supone que sí. Pero no sé, Jose, es todo muy raro.
- Pero, ¿no te contó nada?
- No po', me dijo que tenía que salir de ahí antes que me viera alguien, no entendí por qué.
- Yo creo que se refería al papá, tu tampoco querías que te viera po'.
- Sí, pero lo mío es porque no quiero hablar con él no más. Pero la Rubí me lo decía como si fuera lo más terrible del mundo que yo estuviera ahí.
- Pero, a ver, ¿te fuiste sin descubrir nada?
- No tuve otra opción po', no quería complicarle más las cosas a la Rubí.
- Entonces, ¿se acabó? ¿no la vas a buscar más? - Macarena suspiró.
- Eso lo sabré mañana, cuando me suba al avión. Me prometió que vendría a hablar conmigo para contarme todo antes de eso. - Le contó.
- Mmh, ya, pero... No quiero ser pesada, pero la Rubí te ha prometido un montón de cosas po'.
- Si sé enana, pero tenías que haberla visto. Tenía una carita de cansancio, de pena, que me rompió el corazón. Aunque igual y a pesar de todo, estaba preciosa. - Dijo Macarena mientras recordaba la imagen de la castaña en su cabeza.
- Ya, pero ¿qué vas a hacer po' Maca? Si se va a casar igual, tú no podí ser segundo plato de nadie. Te merecí mucho más que eso.
- Quiero que ella me explique qué es lo que de verdad pasa y ahí veré ¿ya?, pero necesito tu apoyo po'.
- Ya, si tú sabí que yo te apoyo en todo, solo quiero que seái feliz.
- Gracias, Jose. Y oye, ¿cómo lo has pasado con el Pipe?
- Bien po', aunque se pone pesadito a veces.
- Uhm, cuidadito no más, dile que tú hermana mayor es capaz de pegarle si se pasa de listo, aunque sea un cabro chico. - Macarena escuchó la risa de Josefa y sonrió.
- Ya, si se porta bien. Oye, ¿te ha llamado el papá?
- No...
- Ah, a mí me llamó hoy temprano, aproveché al tiro de decirle que tú estabai bien y todo, para que no te molestara. - Comentó Josefa causando una risita en su hermana mayor.
- Gracias, vieja chica. Ya, te dejo, que anoche no dormí nada, así que aprovecharé de descansar ahora.
- Y de paso acortas el tiempo.
- Sí po'.
- Ya, chao, cuídate y suerte.
- Gracias, cuídate tú. Te quiero.
- Yo más. - Maca sonrió y cortó el teléfono.
Rubí no le había dicho si vendría hoy o mañana, pero suponía que sería al día siguiente, pues la celebración de su matrimonio de seguro se alargaría hasta la noche. Aunque pensar en eso le provocaba náuseas.
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Mi salvación, eres tú || Rubirena
FanfictionRubí llevaba meses atrapada en una vida de la que se sentía prisionera. Y cuando creyó estar preparada para escapar, fue obligada a desistir. ¿Cuánto más debía aguantar? Su alma deseaba solo una cosa: Ser rescatada. Por ella.