Punta Arenas, Chile.
- ¿Y nos volveremos a ver en algún momento? - Preguntó Macarena mientras seguía acariciando el pelo de Rubí, quién estaba recostada sobre sus piernas, mientras la menor estaba sentada sobre la cama.
Luego de la intensa conversación que habían tenido, habían tomando la decisión de descansar y aprovechar los últimos minutos que les quedaban juntas.
- Espero que sí, y espero que pronto. - Respondió la mayor.
- ¿Y cómo lo haremos? - Rubí suspiró y se acomodó en la cama, levantando su cuerpo para poder mirar a Maca.
- No pensemos en eso ahora, ¿ya? - Macarena la miró y asintió. Entendía que Rubí no quería tener más motivos para matarse pensando.
- ¿Podremos al menos mantener el contacto? - Volvió a preguntar. La castaña la miró y con su mano dejó una caricia en los rulitos que tanto le gustaban.
- Es muy arriesgado que nos mantengamos hablando... - Dijo al momento que escuchaba como la menor soltaba un suspiro. - Pero te prometo que te llamaré, quizás no todos los días, pero lo haré seguido, ¿ya? - Agregó, pudiendo observar una sonrisa de parte de Macarena.
- Guardaré tu número entonces. - Rubí le sonrió y observó como Maca tomaba su celular. Se acomodó sentándose al lado de ella, para poder ver de mejor manera lo que hacía.
Macarena fue al registro de llamadas y agendó el nuevo número de la castaña.
- ¿PPRubí? - Le preguntó soltando una risita. - ¿Qué significa PPRubí?
- Piedrita preciosa Rubí. - Respondió Maca logrando que la nombrada volviera a reír. - ¿Tú cómo me tienes agendada? - Preguntó con curiosidad mientras bloqueaba su teléfono.
- Mi rulitos. - Le respondió con un poco de vergüenza, sin dejar de verla. Maca sonrió.
- ¿Y no lo has cambiado?
- No, ¿por qué?
- No sé, igual es arriesgado, ¿o no?
- No po', si no vamos a hablar, solo te llamaré, y esos registros después se borran no más.
- ¿Entonces solo tú puedes llamarme?
- Sí, pero si necesitas llamarme le dices a la Esme que me hable, obviamente no diciéndome eso, pero le diré a ella para que creemos como un código. - Dijo mientras sonreía. Macarena aceptó eso.
El resto de los minutos se dedicaron a actualizarse sobre sus vidas, que había sido de cada una en esos cuatro meses que habían estado totalmente separadas. Rubí le contó que no hacía mucho además de trabajar gerenteando la fábrica de quesos de la familia de Miguel.
- ¿Y te gusta? - Le preguntó Maca. La mayor se encogió de hombros.
- No es el trabajo mas entretenido del mundo, pero me sirve para distraerme. - Le contestó.
Por su parte, Macarena le contó que había renunciado a su trabajo y que aún no tenía suerte buscando uno nuevo. También le comentó que Josefa había sido muy importante para poder mantenerse relativamente bien, desde su partida.
- Ella fue la que te dijo que estaba aquí, ¿cierto? - Maca asintió.
- Igual se demoró cuatro meses en decirme. - Dijo.
- Quiero confiar en que fue porque así tenía que ser.
- Pero, ¿te hubiese gustado que me dijese antes? - Preguntó con curiosidad.
- No sé, cuando me fui le dije a mi mamá que no quería que tú te enteraras de nada, por lo que ya te conté, pero...
- ¿Pero...?
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Mi salvación, eres tú || Rubirena
Fiksi PenggemarRubí llevaba meses atrapada en una vida de la que se sentía prisionera. Y cuando creyó estar preparada para escapar, fue obligada a desistir. ¿Cuánto más debía aguantar? Su alma deseaba solo una cosa: Ser rescatada. Por ella.