Capítulo 6

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Santiago, Chile.
Meses atrás.

Rubí y Esmeralda venían llegando de entregar unos pedidos de la marca de su mamá, eran cerca de las 20:00 horas y tenían un hambre terrible. Apenas entraron al departamento comenzaron a llamar a Ágata para contarle cómo les había ido.

- ¡Mommy! - Dijeron ambas unísono.

Se adentraron más en el departamento y visualizaron a su mamá sentada en el comedor. Se sorprendieron al no verla sola.

- ¡Hola, mommy! - Esmeralda fue la primera en saludar. - ¡Ay! Hola tío César. - Saludó al hombre que acompañaba a su mamá.

- Hola. - Saludó también Rubí a ambos con cierta confusión en su voz. No entendía que hacía el padre de los Sánchez en su departamento.

Ambos adultos solo miraron a las chicas y las saludaron con un gesto con sus manos.

- ¿Qué hace aquí, Don César? - Preguntó Rubí aún confundida.

- ¿Le pasó algo a los chiquillos? - Agregó su hermana.

- No, no, ellos están bien... - Respondió el mayor de los Sánchez. Iba a continuar hablando, pero fue interrumpido por Ágata.

- El caballero vino a hablar contigo, Esmeralda. - Le dijo a su hija menor.

- ¿Conmigo? Pero ¿Ahora, right now? - Preguntó.

- Sí po', si lleva como media hora esperando.

- Ya, pero deja ir a cambiarme primero po', que me dio frío.

- Ya, si después te cambiai de ropa, si no tiene todo el día.

- No, pero déjela no más, no se preocupe. - Dijo César dedicándole una sonrisa a Esmeralda, quien sin decir nada más, se dió la vuelta y caminó hasta su dormitorio, cerrando la puerta tras de sí.

- ¿Qué pasó? - Pregunto ésta vez Rubí, en voz baja.

- Tu hermana firmó un contrato con los Sánchez y ahora vino aquí el César a pedir que lo cumpla po', si las cosas que uno firma, se cumplen.

- ¿Un contrato? ¿De qué? ¿Para trabajar con ustedes? - Preguntó esto último dirigiéndose al señor presente.

- Algo así. - Se limitó a responder sembrando la semilla de curiosidad en Rubí, a propósito.

- ¿Cómo algo así? - Preguntó la castaña logrando el objetivo del mayor.

Error 1: Preguntar más de lo que debía.

- Tu hermana firmó un contrato para poder casarse con Julián. Con cláusulas legales y mucho dinero de por medio. - Rubí se rió pensando que la estaba tomando del pelo, pero no. En cuanto se dió cuenta que era verdad, su risa se detuvo.

- Pero si ni siquiera está pololeando con Julián. Cómo iba a firmar algo así. - Dijo aún incrédula.

- Pero si tú sabí como es tu hermana, guata e' foca, lanzá. Tú cachai que anda enamorá de este niñito. - Intervino Ágata.

- Ya, sí, mommy, pero tampoco es tan tonta po'. - La defendió. - ¿Usted está segura que la Esme firmó esa cuestión? - Le preguntó a su mamá ignorando la presencia de César.

- Sí po', si me lo mostró. Es la firma de tu hermana.

- ¿Y el Julián aceptó esa tontera? - Le preguntó esta vez al padre del nombrado.

Mi salvación, eres tú || RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora