Esto va a dedicado a todos los que leyeron y le dieron amor a esta historia. A ustedes. Gracias.
Toda la historia fue narrada en forma de omnisciente, pero como el epílogo es algo especial, decidí que sería narrado por ellas. Y como recompensa después de tanto drama y sufrimiento, lo que leerán a continuación es una de las cosas más lindas, tiernas y cursis de esta historia.
Espero que les guste.
Santiago, Chile.
POV MACA.Mi manía de morderme los cueritos de mis dedos se intensificaba cuando estaba nerviosa, y ahora estaba muy nerviosa. ¿Cuánto es prudente que una novia se atrase?
Yo había llegado puntual, de hecho hasta había llegado antes de la hora a la que debía, en mi cabeza solo había una posibilidad: se arrepintió.
- Maca, para, vas a hacerte heridas. - Me regañó la Jose que estaba parada a mi lado.
Ella igual estaba preocupada, lo notaba en su postura.
- ¿Y si se arrepintió, Jose? - Le pregunté con miedo. - Ay, no, yo creo que mejor iré adentro y...
- ¡Ya, cálmate! Imposible que se haya arrepentido, si ya va a llegar.
- Pero ya han pasado como 20 minutos po'. Ya, no, pásame mi teléfono, la voy a llamar.
- Maca...
- Pásamelo. - Le insistí.
De mala gana, la Jose sacó mi teléfono de su cartera y me lo pasó.
No alcancé a apretar su número, cuando escuché la canción que ella había elegido para entrar, sonar en los parlantes.
Levanté mi vista y la ví, estaba preciosa. Mis ojos conectaron con los de ella rápidamente y todo alrededor pareció desaparecer en ese instante. Lucía como una princesa. Su vestido era como el de una princesa moderna, largo, con cola, pero tenía cortes, de tal manera que al caminar eran visibles sus piernas. La parte de arriba tenía unas figuras de flores que sobresalían de la tela y por debajo se distinguía una malla que dejaba lucir un poco su escote. Y todas las princesas tienen corona, así que sobre su pelo suelto, tenía puesta una corona de flores blancas.
Estaba segura de que si fuera un dibujo animado, en este momento me saldría saliva de la boca y tendría corazones en los ojos.
Sentí que hizo su recorrido hasta a mí con lentitud, y cuando ya estuvo cerca, tomé su mano y la acaricié suavemente. Ella me sonreía de la manera más linda que había visto, me sonreía con su boca, con sus ojitos y hasta con sus orejas.
- Me asustaste. - Le susurré cuando se ubicó al lado mío.
- ¿Por qué?
- Pensé que te habías ido arrancando.
Me miró con ternura y dejó una fugaz caricia en mi mejilla.
- Perdón... Es que a último minuto me dieron ganas de hacer pipí. - Me contó.
Me reí de su explicación y suspiré con tranquilidad al tenerla ahí, al frente mío, sonriéndome con todo su cuerpo.
Nuestro contacto visual se vio interrumpido por el encargado de oficiar la ceremonia. Escuchaba que hablaba y hablaba, pero no podía concentrarme en otra cosa que no fuera la mujer que estaba parada a mi lado, de su mano entre la mía, de sus dedos entrelazados con los míos y de su pelito que se movía con el viento.
Solo fui capaz de oír lo que el hombre decía cuando me preguntó si aceptaba casarme con la Rubí, si aceptaba estar con ella para toda la vida, respetarla y cuidarla en la salud y enfermedad, amándola por siempre. Me demoré en responder, no porque quisiera hacerlo a propósito, sino porque me sentía aturdida completamente por ella, me costaba hilar mis pensamientos y pensar con claridad.
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Mi salvación, eres tú || Rubirena
Fiksi PenggemarRubí llevaba meses atrapada en una vida de la que se sentía prisionera. Y cuando creyó estar preparada para escapar, fue obligada a desistir. ¿Cuánto más debía aguantar? Su alma deseaba solo una cosa: Ser rescatada. Por ella.