Punta Arenas, Chile.
- ¿Qué estái hablando, Miguel? Si yo ví la firma de la Esme ahí. - Le dijo Rubí sin creer lo que el chico le decía.
- Es que si era su firma, pero ella no lo firmó. - Contó. Rubí lo miró con una expresión entre confusión y enojo.
- ¿Qué querí decir? - Le preguntó. Miguel suspiró antes de responder.
- La falsificaron. - Respondió conciso.
La castaña se puso de pie. Como si de esa manera la información fuera procesada de mejor forma por su cerebro. Se tomó la cabeza, el pelo, se sobó las sienes, el tabique de la nariz, pero aún así no lograba entender. No comprendía por qué habían hecho algo así.
- Eso es grave. - Fue lo único que pudo decir.
- Sí, pero ya no existen pruebas. - Le dijo Miguel. Ella supo a lo que se refería con eso.
<< Rubí aún con desconfianza firmó el papel que se le ofrecía y vió frente a sus ojos como el mayor hacía trizas uno idéntico, pero con la firma de su hermana. >>
- ¡Por la cresta! - Gritó sin importarle ser oída por los padres de Miguel. - ¡¿Qué onda tu papá, hueón?! ¿Estaba obsesionado con nosotras o algo así? - El chico se encogió de hombros.
- No sé, igual, siempre lo hizo con la intención de que fueras tú.
- ¿Cómo? - Preguntó mirándolo.
- Él sabía que tú te sacrificarías por la Esmeralda. Ese era su plan y lo logró.
<< - La Esme no tiene nada que ver con el Miguel. - Dijo Rubí ignorando a su mamá. - Ya que a usted solo le importa heredar, déjeme cumplir a mí ese contrato. - César quiso ocultar la sonrisa de victoria que se asomaba en sus labios, pero no pudo evitarlo. Había ganado. >>
- Pero, él le dijo a mi mamá que había ido a hablar con la Esme. - Dijo confundida mientras hacía memoria.
- Si po', pero sabía que ustedes dos habían salido juntas ese día y sabía que tú indagarías cuando él te dijera lo de tu hermana.
- ¿Y qué hubiese pasado si la Esme hubiese hablado con él? - Preguntó más para su conciencia.
- No sé, supongo que tenía un plan B, no cacho más allá.
<< - Esme... - Le habló Rubí. Tenía la intención de decirle la verdad a su hermana, pero algo no se lo permitía.
- ¿Qué?
- ¿Tú hubieses firmado algo así? - Indagó sigilosamente.
- Ay no, obvio que no. Ni en broma. Es súper dangerous firmar cuestiones sin leer po'. - Rubí asintió y se preguntó en qué momento fue que su hermana había firmado el contrato. Por un instante imaginó que quizás no estaba en todos sus sentidos, pero luego borró esa idea de su cabeza, los Sánchez no serían capaz de eso. ¿O sí? >>
- Dijiste que lo ayudaste... - Habló la castaña en voz baja. Sentía que el cuerpo le pesaba más de lo normal, así que tuvo que afirmarse en la pared para no caerse.
- Sí. Me mandó a mí a sacar el carnet a la Esmeralda. Lo escaneé y se lo pasé a él. No tengo idea como lo hizo para ponerla en el contrato, pero sin mí no lo hubiese podido hacer. - Contó Miguel tragando saliva con dificultad. Estaba arrepentido de todo y esperaba que Rubí pudiera perdonarlo.
<< - Pero Esmeralda, ¡¿Cómo perdí' el carnet?! - La regañaba su madre mientras tomaban desayuno.
- Pero si lo tenía en mi billetera y ya no está. Ni siquiera he salido. - Se defendió.
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Mi salvación, eres tú || Rubirena
Fiksi PenggemarRubí llevaba meses atrapada en una vida de la que se sentía prisionera. Y cuando creyó estar preparada para escapar, fue obligada a desistir. ¿Cuánto más debía aguantar? Su alma deseaba solo una cosa: Ser rescatada. Por ella.