Santiago, Chile.
Rubí estaba esperando a Miguel en una plaza donde el chico le dijo que llegaría en aproximadamente cinco minutos. No paraba de mover sus piernas de arriba a abajo en un intento desesperado de calmarse. Tampoco paraba de llorar. La gente se detenía a mirarla, pero ya ni vergüenza podía sentir, tenía todas sus emociones bloqueadas, todas menos la frustración y tristeza que le daba su actual situación.
- Rubí. - La llamó Miguel en cuanto la vió.
La castaña instantáneamente lo abrazó, necesitaba un abrazo, necesitaba un consuelo, un consejo.
- ¿Qué pasó? - Le preguntó con preocupación. - ¿Le pasó algo a la Maca? - Rubí negó con la cabeza.
- ¿Sentemósnos? - Incitó al momento que se separó de él.
La castaña le contó a grandes rasgos lo que había sucedido en su improvisada reunión con el abogado.
- ... Te juro que no se quién fue, yo no les iba a mostrar nada aún. - Contó haciendo referencia al examen de paternidad.
- Tranqui, Rubí. - Le dijo calmadamente. - Fui yo.
Rubí lo miró desconcertada.
- ¿Qué?
- Era mi regalo de cumpleaños, pero al parecer la cagué. - Dijo con pesar.
- ¿Cómo? ¿Y los dos meses?
- Es que con lo que le pasó a la Maca, me dio pena por ti, sabía que te afectaría mucho y aparte que habían discutido... Entonces, no sé. Hablé con la Coté en si estaba de acuerdo y me dijo que sí, así que hoy cuando nos despedimos en el edifico Corona, fui a dejar el sobre, la Esme me pasó la dirección. - Explicó.
Rubí le sonrió porque le conmovió el detalle, sabía que lo había hecho con buenas intenciones, a pesar de que todo haya resultado mal.
- Pucha, pero que rabia, yo pensé que las cosas saldrían bien.
- Ya, tranqui, si no es tu culpa.
- Oye, igual eso de la orden de alejamiento es raro, porque la Maca es mayor de edad po', según yo no puede el papá poner algo por ella y además esas cuestiones se demoran. - Dijo pensativo.
- No sé, quizás es falsa, pero no importa... Al final igual se salió con la suya po'.
- Deberíai contarle a la Maca. - Sugirió.
- No, no quiero que se siga metiendo en esto.
- ¿Y qué vai a hacer?
- No sé. - Fue sincera. - Me siento entre la espada y la pared.
Miguel se quedó pensando para tratar de ayudarla a encontrar una solución.
- ¿Y si nos vamos? - Preguntó luego de unos segundos.
- ¿Qué?
- Mira, el Sergio se dió cuenta de tu cercanía con la Maca por el accidente, pero él no tenía idea que ustedes se hablaban y se veían antes po'. Entonces, vámonos, volvamos a Punta Arenas, cerremos nuestras cosas allá y cuando llegue la notificación de la denuncia, nos venimos.
- ¿Tú también te vendrás?
- Obvio, mi hijo puede nacer en cualquier momento.
- Pero si le falta un mes aún.
- Pero cómo sabí sea prematuro.
Rubí se rió despacio. Nunca se había sentido tan agradecida como hoy, de tener a Miguel con ella.
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Mi salvación, eres tú || Rubirena
FanfictionRubí llevaba meses atrapada en una vida de la que se sentía prisionera. Y cuando creyó estar preparada para escapar, fue obligada a desistir. ¿Cuánto más debía aguantar? Su alma deseaba solo una cosa: Ser rescatada. Por ella.