Capítulo 3

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Después de la larga caminata del día anterior, duermo como un tronco. Estaba tan cansada que me quedé dormida a los pocos minutos de acostarme.

Enzo no ha vuelto a querer besarme, supongo que no sabrá qué hacer si yo tampoco me he lanzado, además con Mireya no he querido tampoco que me besara, ya se lo conté a ambas y no me sentía muy cómoda contándolo.

Es un poco raro, hace dos meses que lo dejé con mi novio, mi amigo, ha pasado poco tiempo y me siento extraña besando a otro chico. Imagino que será porque con él ha sido el único al que he besado.

Seguíamos hablando y viéndonos, éramos amigos antes de ser pareja y nuestros amigos son los mismos por lo que salimos todos juntos. Las dos primeras veces si fue algo raro pero a día de hoy éramos como antes. Es más, él estaba empezando a hablar con una chica que conocía desde pequeño, yo tampoco cometía un crimen besando a otro chico.

Hoy vamos a salir por la noche, por lo que nos quedamos en los alrededores del hotel. Comemos fuera y subimos a descansar después de la comida.

Comenzamos a ducharnos y vestirnos para salir. Me pongo un vestido corto en el que por delante queda al cuello pero la espalda es totalmente al aire, los zapatos utilizo unos de tacón que me deja Lorena y que estilizan mucho la pierna pero que veo que me van a doler los pies en cuanto pase un rato, pero quiero ir guapa, ya que la disco es una de las más conocidas según me dijo Enzo.

Mireya ha quedado con el chico de recepción, está muy nerviosa por lo que la ayudamos a elegir vestido , con el maquillaje y el peinado.

Se va antes que nosotras, nos dice que nos verá más tarde en la disco, pues ha quedado para cenar con él.

-Estás muy buena.-Suelta Lorena imitando una voz masculina y dándome en el culo.

-Gracias, ¿Has hablado con el tal Patrick este?

-Solamente por WhatsApp, creo que viene hoy. Todavía me tiemblan las piernas después de lo que hicimos en su casa. No te puedes imaginar el italiano la fuerza que tiene.-Cierra los ojos y se muerde los labios de forma exagerada.-Me cogía por la pierna, la subía hasta la silla, sofá o lo que fuera, me daba la vuelta, y me....

-Ya, ya, no seas tan gráfica. No necesito saberlo.

A Lorena no le importa contar sus experiencias, es más me preguntó constantemente cuando estuve con Pedro, mi ex. Solamente le di la información de la primera vez, el como había sido y como me sentí, de forma muy por encima, tampoco le di detalles.

Vamos al restaurante del hotel y pedimos algo para picar, nos retocamos un poco el maquillaje y salimos del hotel, hemos quedado en la disco por lo que vamos en taxi.

Está más bien a las afueras de lo que sería el casco histórico de la zona, y cuando llegamos veo que hay mucha gente fuera esperando.

Al bajarnos se escucha todo el murmullo y alguna voz más fuerte entre los asistentes que van cruzando poco a poco las puertas de las disco. Nos quedamos a un lado, no veo a Enzo y es que sorprendentemente hemos llegado algo antes de la hora.

Le mando un WhatsApp para avisarle dónde estamos y me dice que en unos 10 minutos está aquí.

Hablamos Lorena y yo del ambiente que hay, parece un buen sitio y conocido. Desvío la mirada hacia un grupo que parece esperar a alguien, son tres personas. Me suenan de haberlos visto, dos chicos y una chica, pero no sé ahora mismo de qué. Me fijo bien en ellos y los reconozco cuando veo al chico del pelo largo, tan singular.

Recuerdo al cantante, y me pongo nerviosa pensando que está por aquí, pero no lo localizo.

-¿A quién buscas tan insistente?

Morirò Da Re Damiano David - MåneskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora