Capítulo 8

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Desde la otra tarde, Damiano y yo nos hemos visto en la habitación del hotel mientras las chicas habían salido y de nuevo en su estudio.

Era todo tan intenso que nada más verle en la puerta de la habitación nos lanzábamos a besarnos y tener sexo continuo. Además tenía detalles que me hacían tener un cosquilleo en el estómago cuando lo veía aparecer con una rosa o me cantaba alguna canción cuando yo se lo pedía.

De Enzo solo sé que me ha escrito un par de veces para pedirme disculpas pero ni siquiera le he contestado.

Estoy con Damiano, me estoy terminando de duchar, vamos a salir Patrick, Michael, Mireya, Lorena y yo. Parece una cena de parejas, algo curioso, 3 italianos y 3 españolas. Ni en una película ñoña pasaría esto.

Aunque de ñoño no tiene nada lo que he hecho hace un rato con Damiano en la misma ducha. Me muerdo la lengua mientras sonrío sola cuando estoy en toalla y me estoy secando el pelo con otra.

Cuando salgo a la habitación le veo ya a medio vestir con el pantalón puesto y el pelo suelo mojado. Él me sonríe y yo hago lo mismo. Cojo la ropa interior y comienzo a ponérmela ahí, total, ya me ha visto de todas las formas posibles. He cogido la ropa interior más sexy que tengo y cuando me pongo el tanga y estoy abrochado el sujetador Damiano me agarra el trasero con fuerza y se pega a mí por la espalda.

-Sí supieras las ganas que tengo de ti...no saldríamos en toda la noche de aquí.

Cierro los ojos y suspiro. Estoy juguetona y paso mi mano hacia atrás por su miembro que crece detrás del pantalón de nuevo.

-Controla a tu amigo o sino vamos a llegar tarde.

-No sé qué clase de brujería me has hecho.

Me besa el cuello y si sigue así voy a sucumbir.

-Vamos, para, tengo que vestirme.-Encojo el cuello y voy al armario donde está mi ropa y alguna de Mireya.

-Está bien pero tienes que prometerme que vas a venir conmigo esta noche y dejarme que te quite esa ropa interior.

-Por supuesto, me quedan dos días en Roma antes de volver a la realidad.

A Damiano le cambia la cara y se pone serio. A mí tampoco me gusta la idea de tener que volver a España ya. Pero esto no era para siempre. Ya lo habíamos hablado anoche en el estudio. Estaba con Victoria, Ethan, Thomas, Mireya y yo allí cuando surgió cuándo nos íbamos. Damiano cambió la actitud y se quedó toda la noche bastante serio.

-Ya lo hablamos anoche Damiano. Tengo que volver, tengo que seguir mis estudios. Tengo 18 años, no puedo decir "mamá, papá, me quedo en Italia a vivir". Mis padres hicieron un esfuerzo para que esté hoy aquí. No puedo.

-María lo sé, pero...no quiero que te vayas. No sé si es posible que pidas estudiar aquí, las ayudas económicas, además no me importaría que vivieses conmigo. Mi casa es tu casa.

-Te lo agradezco en el alma pero no puede ser. Podemos seguir hablando, videollamadas, en cuanto pueda ahorrar hacer un viaje hasta aquí o tú hacerlo a España.

-María...yo...joder no soy muy bueno con las palabras a veces. Sobretodo con los sentimientos. No sé qué ha significado para ti todo esto, pero yo...te quiero.

Me quedo sorda en ese momento. Siento un zumbido en mis oídos como cuando después de estar en un sitio con mucho ruido estás en pleno silencio y te zumban los oídos. Acaba de decirme que me quiere. Me doy la vuelta para mirarle, sigo en ropa interior mirando qué ponerme y me quedó paralizada.

No sé cómo contestar, mi mente no para de funcionar al 100% ahora mismo y mi lengua se queda pegada en el paladar. El silencio dura un rato, no sé cuánto pero le veo mirar al suelo, cree que ese sentimiento en unilateral y se equivoca. Me acerco a él y lo beso. Después de todo este tiempo comprendo que le quiero, después de este tiempo sin querer a nadie sin sentir nada desde que estuve con mi ex no puedo creer que vuelva a tener sentimientos.

Morirò Da Re Damiano David - MåneskinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora