Desastre.

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Al ser fin de semana, era momento de comprar todo lo necesario para su hogar, así que Hinata se dispuso a tomar la pequeña y pálida mano de su hija menor, para comenzar su camino hacia la zona comercial de la aldea. Era uno más de esos días sin que su esposo estuviese en casa, lo que la hacía imaginarse cómo él regresaba y paseaban junto a sus hijos, como en los viejos tiempos. Pensamiento que le hizo soltar una media sonrisa al observar al horizonte.

< ¿qué estará haciendo? ¿estará bien?> eran pensamientos que vagaban constantemente por su cabeza cuando Naruto no estaba. Sabía de sobra que su trabajo era peligroso, y temía recibir malas noticias cada que él salía de la aldea.

< ¿pensará en mi cuando no estamos juntos?>

Este pensamiento la inundó de pronto de un sentimiento parecido a la nostalgia, aunque realmente no sabía con exactitud cómo llamarle. Sólo sabía que lo extrañaba en sobre manera, y no sólo lo extrañaba porque éste estuviera fuera de la aldea, extrañaba al Naruto de antes, o al menos a esa versión de él que parecía más cercana, cálida.

Las miradas de los habitantes de la aldea la rodeaban en cuanto ponía un pie sobre aquel lugar, claro, era la esposa del hokage después de todo. Trataba de pasar desapercibida sin mucho éxito, regalándoles una media sonrisa algo nerviosa o saludando brevemente a aquellos que se le acercaban. La misma historia cada que entraba a alguna de las tiendas.

Salía de uno de aquellos locales acomodando algunas bolsas llenas entre su brazo desocupado, cuando Himawari se soltó de su brazo de forma repentina, haciéndola concentrar toda su atención en esta ultima acción. Vio como la niña caminaba apresurada hasta algunos locales al fondo. Su rostro sonriente se reflejaba en aquel pulcro cristal, en el cual se exhibía joyería algo variada.

—¡Hima! — exclamó con aquella delgada voz, y de inmediato caminando hasta acercarse a su hija. —No te separes así de mí, ¿está bien? — la tomó del brazo, regalándole una sonrisa cálida.

Cuando se dio la media vuelta para seguir con las compras de ese día, la pequeña niña soltó un "¡hey!", lo que la hizo voltear para encontrarse a aquella mujer mayor que atendía en la joyería. La mujer saludaba desde la entrada con especial atención en la pequeña, a la cual había conocido desde que esta era un pequeño bebé recién nacido en los brazos de su madre. Al parecer Naruto había comprado su anillo de bodas en dicho establecimiento, y tiempo después de su casamiento le había comprado un collar precioso a Himawari para celebrar su nacimiento, en otras ocasiones le había comprado accesorios a su esposa, como en sus aniversarios, por ejemplo. Desde entonces, aquella tienda había formado parte de algunos de los momentos más importantes en la familia Uzumaki.

—Al ver a tu hija en las ventanas no pude evitar salir a saludar, ¿cómo estás, linda? ¿y Naruto? — le preguntó sin quitar esa sonrisa de su rostro.

—Muy bien, gracias, Naruto se fue de la aldea ayer, por asuntos de su trabajo, así que estoy comprando algunas cosas para la casa — comenzó Hinata con una ligera mueca entre sus labios. —Ya sabe, gajes del oficio...

—Aún así debes estar muy contenta, guardando ese anillo con mucho cuidado, claro, un anillo tan especial no puede estar por las calles de esta aldea, así como así — la mujer paseaba su mirada rápidamente por las delicadas manos de Hinata. —Me preocupaba que no te quedara, con lo delgados que son tus dedos. — y soltó una risa ligera. De inmediato el rostro de Hinata se transformó de alegre... a confuso. —Naruto llegó el otro día con una petición que se veía muy especial, incluso nos dejó muy en claro que lo necesitaba lo más rápido que se pudiera, ¡hasta pidió un diseño exclusivo! — seguía hablando con emoción ante una Hinata que parecía examinar sus palabras con detenimiento. —Al ver eso, entendí que sólo quiere darle lo mejor de lo mejor a su esposa...

ՏϴᏞᎪᎷᎬΝͲᎬ ᎪᎷᏆᏀϴՏ - narusasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora