Disculpa.

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Esa mañana y desde la noche anterior, había intentado mostrar su mejor cara ante sus hijos, los cuales hablaban y hablaban durante el desayuno, mientras su esposa le miraba con una sonrisa cálida a su lado, preguntándole de vez en cuando sobre la pasada reunión. Su plato humeaba frente a él, pero su apetito se encontraba perturbado desde el día anterior, aún así trato de comer algunos bocados, se sentía un poco mal por Hinata, la cual siempre parecía prepararle comida con tanto cariño, y muchas veces la rechazó, argumentando su falta de hambre.


Se sentía como una mala persona en todos los aspectos de su vida. Le había fallado a la persona que más amaba, había usado por despecho a uno de sus amigos y desde luego, había abandonado a su familia más de una vez. Puede que no sintiera mucho por Hinata, pero eso no significaba que no le doliera cada que la dejaba completamente de lado, cuando ella no hacía más, que ser buena con él, y estar para él a pesar de todo.


Ese día, se había despedido de ella con un casto beso en sus labios y un abrazo fuerte, que, para ella era algo normal, pero para él, representaba un "lo siento" por todo lo que estaba sucediendo a su alrededor.


Aprovechando que ese día no tenía muchos deberes en la oficina, caminó por las calles de la aldea, siendo bañado por el sol de mediodía, que se iba de vez en cuando por las enormes nubes que se hacían presentes. Aquel clima lluvioso ya era algo común en esas épocas del año.


En su mente se reproducía una y otra vez aquel semblante decepcionado y triste de Sasuke, atormentándolo hasta niveles que no podía soportar. <merezco que me odies > se repetía. Pero por más que quisiera buscarlo, sabía que no podría arreglar nada a estas alturas. Aún así, tenía una idea merodeando por su cabeza, una que no lo había dejado dormir esa noche, pero sin duda, haría que Sasuke considerara regresar a él.


<Estás loco > se decía. <olvídalo >


Las miradas se dirigieron hacia él en cuanto se apareció por aquella pulcra recepción.


—Disculpe, ¿sigue aquí el Kazekage? me dijeron que había reservado en este hotel, y necesito verlo con urgencia — se dirigió a la señorita de la recepción, la cual le miraba un poco perpleja.


—Ah, permítame un momento, ahora mismo revisaré — le contestó un poco tímida, para comenzar a buscar entre algunos papeles guardados en aquel enorme escritorio, mientras Naruto echaba un vistazo al lugar. —Al parecer sigue aquí, ¿gusta que lo lleve hasta allá?


—No es necesario, es en la suit ¿no? — preguntó, a lo que la mujer asintió.


Al parecer, ella había dicho una frase más que no pudo escuchar, pues ya se encontraba en su camino hasta el piso más alto, divagando en su mente sobre cómo podría comenzar con lo que le diría.


Cuando menos lo esperó, sus nudillos estaban chocando contra esa enorme puerta de madera brillante, y cuando esa cabellera roja apareció ante esta, su corazón se aceleró. Gaara lo miró extrañado por un segundo.


—Na-naruto, ¿Qué haces por aqu-


ՏϴᏞᎪᎷᎬΝͲᎬ ᎪᎷᏆᏀϴՏ - narusasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora