Obstáculos.

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—¿Ya se lo dijiste? — preguntó Naruto con un poco de miedo a su respuesta, observándolo por el rabillo del ojo. Sasuke se encontraba parado a su lado, observando el panorama en aquella enorme ventana de su oficina, sin expresión alguna, como acostumbraba.


Las cosas seguían mas o menos igual, había perdido la cuenta de cuantos días llevaba Hinata inconsciente, pero debían ser como mínimo quince días, días en los cuales ambos se preparaban poco a poco para el esperado día.


—Sakura ya lo sabe — contestó, sin voltear ni un segundo.


­­—Sabes a qué me refiero — esta vez se dio media vuelta, para observarlo de mejor manera, aún sentado sobre esa enorme silla.


—No pude — se recargó en el marco de la ventana, dándole la espalda al exterior, de inmediato su rostro quedando obscurecido por la luz que chocaba agresiva sobre su figura. —Ella estaba un poco ocupada, y sentí que no era el momento indicado... a decir verdad, tengo un poco de miedo a su respuesta — hablaba mientras se mantenía cabizbajo.


—Ella es una niña muy madura, creo que lo comprenderá — tomó su mano pálida, acariciándola con su dedo pulgar, esperando darle un poco de su apoyo con eso. —Te entiendo, me causa terror decírselo a Boruto, ya conoces el carácter de ese niño — soltó una ligera risa, con tintes de nerviosismo. Naruto solía hacer ese tipo de cosas hasta en momentos serios, intentando aligerarlos sin mucho éxito, detalle que hacía a Sasuke relajar los hombros y sonreir la mayor parte de esas ocasiones. —Y Himawari, bueno, me parte el corazón decirle que no estaré mucho con ella...


—Nunca pasas tiempo con ella, idiota — le interrumpió, sonriendo algo divertido. —No es como que haya alguna diferencia — Y Naruto frunció el ceño, pero de inmediato soltó una risa.


—Sí, sí, pero ella es pequeña, y, no creo que pueda comprender del todo la situación — entonces se paró de su silla, para recargarse en su enorme escritorio y quedar frente a Sasuke. Vio como este volvió a ese rostro serio, mientras asentía a esta última frase.


—Sabes, aún no puedo meterme en la cabeza cómo puede funcionar todo esto — hizo una ligera mueca, aún sin mirarlo a los ojos.


Naruto estrechó aun más su mano. —Lo haremos funcionar — y cuando sus ojos se encontraron le regaló una de esas sonrisas únicas que lograban calmarlo. —Poco a poco, haremos lo que esté en nuestras manos, y sea como sea, lograremos todos nuestros planes. Por ahora, seguiré cuidando de Hinata, tú tendrás que hablar con Sarada, y cuando menos lo pienses, ya estaremos juntos por fin, sin ningún obstáculo de por medio, sin ningún miedo... — entonces dio un vistazo hacia atrás, en donde se encontraba la puerta de la oficina, verificando que esta estuviese completamente cerrada, y que nadie pareciera acercarse, y rápidamente tomó a Sasuke por el cuello, para dejar un breve pero significativo beso en sus labios, mostrándole esa sonrisa a continuación, y separándose poco a poco.


Y no tuvieron mucho tiempo para esconder sus rostros algo ruborizados ante alguien abriendo la puerta de forma repentina, y acelerando sus corazones en sobre manera.

Al ver de quien se trataba, Sasuke se despidió brevemente de Naruto, intentando no hacer mucho contacto visual. La mujer con el rostro algo serio clavó su mirada en Sasuke por unos momentos, para proceder a sentarse frente a Naruto y comenzar una plática más parecida a un regaño, la cual Naruto parecía haber escuchado más de un millón de veces, muy característico de Tsunade.

ՏϴᏞᎪᎷᎬΝͲᎬ ᎪᎷᏆᏀϴՏ - narusasu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora