ՏϴᏞᎪᎷᎬΝͲᎬ ᎪᎷᏆᏀϴՏ - narusasu

Aniversario.

Esa tarde el clima era perfecto para una celebración. Con una ligera brisa entre las hojas de los árboles, y el sol escondiéndose entre el horizonte, anunciando la llegada de la noche.
La familia Uzumaki había conseguido un bonito, pero exclusivo jardín sobre una colina en la aldea de la hoja. Adornado con muchas flores de colores pálidos y cascadas de luces empapando el lugar con calidez. Mesas en los alrededores y una pequeña pista en el centro, en la cual algunos invitados bailaban, mientras que otros permanecían a los alrededores. Gozaban de comida deliciosa y algunos aperitivos de todo tipo, reían, se abrazaban, escribían mensajes de felicitación a la pareja anfitriona. Todo había salido perfecto, o al menos eso quería aparentar Naruto, que se encontraba junto a su esposa, con la cara entumecida de aquella sonrisa que había llevado todo ese día, a pesar de que en sus adentros ya estuviera un poco harto de la situación.
Es decir, le alegraba ver a sus amigos y seres queridos, se sentía agradecido de tener a tantas personas a su alrededor luego de haberse sentido tan solo tantos años. Pero, la presión de su familia porque el evento saliera perfecto, más sus ocupaciones como hokage lo habían dejado cansado en exceso y hasta un poco molesto. No creía que su matrimonio de trece años mereciera un festejo de esa talla, pero ya conocía como era Hinata y su familia.
Se encontraba tomado de la mano de su esposa, fingiendo entusiasmo por seguir saludando personas, cuando decidió echar un vistazo a su alrededor. No había visto a Sasuke aún, pero no le sorprendía que éste no asistiera. Era muy ajeno a ese tipo de cosas, nunca le gustaron y mucho menos si se trataba de celebrar ese matrimonio que claramente no era de su agrado.

Habían pasado unas semanas desde que no lo veía. Y claro, con tantas ocupaciones no les dio ni una sola oportunidad para echar una pequeña mentira y escaparse. No siempre era tan fácil.
<¿donde estás?>

En ese momento lo único que quería, era verlo, y sentir que en él había un hermoso escape de vez en cuando, un escape que le recordaba quien dejó de ser hace mucho tiempo.

Su mirada examinó rápidamente todo el lugar, hasta que lo encontró finalmente entre la multitud, sosteniendo la mano de su hija, y con Sakura a su derecha. Al parecer acababa de llegar.
Se alegró en sus adentros pero no pudo evitar cuestionarse el por qué estaba ahí si tanto odiaba ese tipo de eventos. Qué más da, había podido verlo al menos a la distancia.
Tenía un fuerte impulso por ir, abrazarlo y besarlo como nunca, pero estaba rodeado de gente y eso no sería lo más "normal" para un par de amigos. <tonterías> refunfuñó en sus adentros. Estuvo a punto de inventar una excusa para ir con Sasuke mínimamente a saludarlo cuando la voz de Hinata irrumpió en sus pensamientos. —Cariño, ya casi llegan los de la revista de la que te hablé, quieren que les concedas una entrevista— lo miraba fijamente con una sonrisa radiante.
—¿E-entrevista?— contestó su esposo aún sumergido en sus pensamientos.
—Si, sobre el evento. Les interesa hacer una nota sobre esta noche— Hinata prosiguió a acomodar su corbata, la cual se encontraba un poco chueca. —¿vamos? Nos esperarán en la entrada—.
Naruto se tragó el impulso de rodar los ojos o mostrar algún signo de fastidio, respiró hondo y asintió, siguiendo a su esposa con pesar.
<llegará el momento>

...

Sasuke se quedó sólo en una mesa. Sakura había atendido al llamado de su amiga Ino, que al parecer presentó un problema con su vestuario de esa noche, y Sarada la acompañó. Sasuke prosiguió a tomar el contenido de su copa con pesar, mientras echaba un vistazo a su alrededor como un depredador a su presa. Trató de verse entusiasmado ante su familia, pero estar ahí no le hacía sentir mejor en absoluto, ver a todas esas personas celebrando tal acontecimiento le hizo sentir un poco de envidia.
<algo que yo jamás podré tener a su lado>
esa frase le hizo centrar de nuevo la atención en aquella copa sobre su pálida mano.
Sabía que no podía ir a buscar a Naruto solo así, pues éste seguramente se encontraba muy ocupado con su familia y amigos, por lo que no se movió de su lugar en aquella solitaria mesa.