Capítulo 5

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A la mañana me levantó para que vayamos a trabajar y me dio un beso.

Fui a trabajar y le mandé un mensaje a Cristian que iba a tener una semana muy ocupada y que no podía ir. No dijo nada al respecto y me dijo que me veía el próximo martes.

Después del trabajo salí directo y fui al departamento a darme mi línea del día. Pegué un post it en la escalera, para avisarle y fui a correr.

La coca es lo mejor del mundo... No podía creer que tenga tanta energía. Podía correr todo el día. Además había un poco de viento y te refrescaba mientras corrías.

Seguí en el parque hasta que empezó el atardecer y me quedé sentada en el pasto a mirarlo. Me acosté y me arrepentí de no haber traído el celular para escuchar música. Ahora sería un muy buen momento para escuchar el soundtrack de Shrek...

Unos minutos más tarde alguien me tocó el costado, me asusté y me corrí rápido. Subí la mirada y me calmé cuando vi que era David.

Sostenía un paraguas negro, entonces me di cuenta de que estaba lloviznando y ya casi era de noche.

—Vamos al departamento, Laila.

No sé si me dormí o quedé en transe pero ya pasó el atardecer. ¿Qué hora será?...

Lo miré y no dijo nada al respecto. Solo puso su brazo en mi hombro y me llevó, bien debajo del paraguas, aún dejando que la llovizna caiga en su cuerpo.

Yo no tenía hambre y había suficiente comida para él, así que yo solo fui arriba a dormir.

Los días siguientes fueron bastante parecidos. No hablábamos mucho, me la pasaba yendo al parque a correr y no comía mas de lo justo y necesario.

Si no volvía para las siete de la tarde, él venía a buscarme y me llevaba.

Me di cuenta que había dejado de tener apetito y que bajé bastante de peso, pero igualmente algo debía comer delante de él o iba a sospechar. Me veía bien igualmente. Se notaba que estaba más fuerte de todas las horas de ejercicio que hacía al día.

Me gustaba como me veía.

Me traje dos pesas del otro departamento, porque las de David eran de veinte kilos en adelante y yo no podía tanto todavía y empecé a trabajar los brazos mucho más.

Era jueves y fui a la casa de Damián a comprar las bolsitas siguientes, porque me mandó un mensaje diciéndome que no iba a estar en la casa por tres semanas.

Llegué y me quedé un rato con él. Ahora que me dijo que era su cliente me cobraba solo trecientos cincuenta por bolsita. No es que no le pueda pagar o algo, pero una oferta siempre se acepta con felicidad.

Cuando salí me fui al departamento y las escondí. Ya era tarde así que solo fui arriba a dormir.

Me di cuenta que David no había llegado y me pareció raro. Son las ocho de la noche y no me dijo nada. Me cambié al pijama y me dormí igual. Si yo puedo desaparecer obviamente que él también lo puede hacer. Capaz se fue a cenar con sus amigos.

Cuando me levanté a la mañana ya era viernes y él estaba a mi lado.

Desayunamos juntos y fuimos a trabajar.

Él día fue pésimo. Mi compañera de trabajo estaba enferma así que tenía que hacer todo su trabajo. Ya sabía que iba a tener que trabajar horas extra así que me tomé el almuerzo para ir al departamento a aspirarme una línea entera, porque sino no iba a poder con todo.

Cuando terminé me limpié bien y fui a trabajar otra vez.

Trabajé hasta que se hicieron las siete y David vino a mi oficina.

—Vamos, Laila, que ya es tarde. —Me dijo desde la puerta.

—No puedo, andá vos primero, yo voy en una hora. —Le dije sin mirarlo.

—Es una orden, Laila.

—Estoy ocupada. ¿Es qué no lo podés ver? —Le dije de mala gana, todavía sin mirarlo.

Había encontrado un montón de errores que tuvo mi compañera. No lo puedo creer. Me dejó con todo. Que estúpi*da. Ahora me cae mal.

—Yo no te firmé, ni autoricé ninguna hora extra. Así que o te levantás y venís conmigo o te desenchufo la computadora y venís conmigo. —Me ordenó ya enojado.

—Diossss... Está bien, dame un minuto que guardo todo y cierro.

Se quedó ahí mientras yo apagué todo y fui con él. Pero antes de salir me agarró fuerte de la mandíbula, para que lo mire.

—A mi me hablás con respeto o no hablás. —Me dijo enojado.

Salimos y fuimos al departamento, sin decir ninguna palabra más.

Pidió delivery y comimos comida china.

En realidad hoy es el día que le tocaba a él cocinar porque, como ahora trabajamos los dos, nos dividimos los días, pero valen dos días de delivery a la semana, para no abusar.

Yo no tenía hambre así que solo pude comer la mitad y guardé lo que sobró en la heladera.

—¿Qué pasa que estos días no te terminás la comida?

—Hoy almorcé bastante. —Dije sin interés.

Mentira... Ahora que me doy cuenta... No como nada desde el desayuno, que fue un café con leche.

—¿Qué comiste?

—Sándwich. —Dije rápido, así no sospechaba.

—¿Cuándo? Porque no estabas en la oficina y viniste acá, pero por las cámaras no te vi pisar la cocina.

Tiene un problema serio con eso de las cámaras... ¿Le contó a su psicólogo lo obsesivo que es con mirar las cámaras? ¿Siquiera hace su trabajo o solo me vigila?

—En el camino. De allá hasta acá. —Dije mientras me levantaba y me ponía a lavar su plato y los cubiertos.

—¿Me estás engañando? —Dijo bien directo.

¿Si piensa que lo engaño porque solo no me agarra y me co*ge?

—No, mi Amo.

—¿Volviste a tomar?

—No, mi Amo.

—Me entero de que estás haciendo una de las dos y te castigo, para que no te puedas levantar de la cama en una semana. Así que cualquier mier*da en la que estés metida termina ya, porque no voy a tener piedad.

No le contesté, no iba a dejar que me descubra, en algún momento iba a parar, pero solo cuando esté bien...

Me puse a secar y guardar las cosas, así ya podía ir a la cama.

Una hora después me llamó desde el baño y nos bañamos juntos. En realidad él siempre hacía todo el trabajo y yo me dejaba. Hace unas semanas que no me bañaba así que se sentía lindo. Ya necesitaba un poco de esto. No me está tocando para nada estos días.

A la noche nos acostamos y dormimos... solo eso.

Ya el sábado me puse a leer arriba y él se puso a trabajar en su escritorio.

No sé cuando me dormí y me levanté con él durmiendo a mi lado. No me sentía muy bien así que fui a mi habitación a darme una línea y subí con él de vuelta. Me quedé ahí en la cama leyendo y cuando él se levantó, me miró un segundo y se fue abajo. 

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Se viene genteeeeee, el próximo capítulo es pdv David. 😳😳

Nos leemos 🦊

Los fantasmas del pasado (Mi Decisión III) +21✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora