Laila pdv:
Entramos a la oficina de vuelta y me subió al sillón. Me quedé leyendo hasta que unos minutos después tocaron la puerta y me asusté. David fue a abrir y estaba Pamela con la comida y el jugo.
—Gracias. —Le agradeció David y cerró.
Trajo todo y había pedido dos ensaladas, bien completas.
—Esperame un segundo que voy a buscar tenedores y vasos.
Se fue y cerró con llave. Cuando volvió trajo unas servilletas también.
Las condimentó y empezamos a comer. No tenía mucho apetito, pero si no comía algo no me iba a poder parar más. Ya me costaba poder caminar sola sin ayuda.
Estaba un poco insípida, pero se veía bien, así que debía ser culpa de mi cuerpo, que no siento muy bien los gustos. Siempre ocurre lo mismo. Siento como que mi cuerpo se está rindiendo. Ya no quiere más, me está desenchufando de a poco.
Me terminé la mitad y la tapé para comer otro poco después. Si seguía comiendo ahora solo iba a ponerme a vomitar otra vez.
Me dio un vaso de jugo y lo tomé. Al menos el jugo estaba rico.
—¿Seguís con fiebre? —Dijo suavemente posando su mano en mi frente y después en mi mejilla.
—Creo que no.
Sacó el termómetro de su maletín y me lo puso abajo del brazo. Cuando sonó, lo sacó y lo leyó.
—... Tenés algo de fiebre todavía. Aguantá un poco, que en media hora te doy las próximas pastillas.
No dije nada y él siguió comiendo mientras trabajaba.
Le estoy dando una carga demasiado grande... No creo que se esté sintiendo muy bien tampoco, pero creo que se la está bancando. Tampoco se ve muy bien de aspecto y hace unos días que no se afeita. Creo que estamos en una carrera. Una de ¿Quién cae desmayado primero?...
Creo que, me duele tanto verlo así, como le duele a él, verme en esta situación... "En la salud y en la enfermedad..." pensé, aunque en el civil no nos dicen eso, siento que es para todos los matrimonios... El problema es que esto no es enfermedad, esto es abstinencia. Mi cuerpo necesitaba consumir, me lo estaba pidiendo hace días y no podía ignorarlo. Pero tampoco podía hacer algo al respecto, ya no.
Me puse el chupete y volví a dormir así trabaja tranquilo.
Me levanté con David moviéndome el brazo.
—Tomate las pastillas, zorrita, y volvés a dormir. —Me sacó el chupete y me hizo sentar. —Abrí. —Le hice caso, me metió las dos pastillas y me dio un vaso de jugo para tomar. —Todo tomalo, que ya te está volviendo un poco el color de la cara.
Terminé de tomar y me puso el chupete.
Siguió trabajando y a mi se me cerraban los ojos así que volví a dormir.
Cuando terminó salimos y fuimos al departamento. Me llevó al baño a que haga pis y después me llevó a mi cama.
Al día siguiente ya me levanté bien, podía moverme un poco mejor y empecé a comer un poco más. Estaba en el sillón leyendo, mientras él trabajaba y alguien tocó la puerta.
David fue a abrir, era Pamela. La dejó pasar y cerró.
—¿Qué pasa?
—Tiene la reunión del nuevo contrato, a las dos. La va a presentar Javier, pero tiene que estar ahí.
Se quedó pensando unos segundos y me miró.
—Andá, yo me quedo acá a dormir.
—Está bien, gracias, Laila. —La volvió a ver a Pamela. —Voy. Anda a pedirle una fo...—Pamela le paso una carpeta y la abrió. —Exactamente esto. Gracias. —Le sonrió y Pamela se fue.
Pamela era muy hermosa, y hacía bien su trabajo... Seguro que se porta bien también... Y acá estoy yo arruinando todo... Solo siendo una carga, para él que no tiene nada de esto merecido...
¿Se habrá enojado porque ya no le digo "Amo"?... Realmente, no sé si pueda volver a la relación de antes... Esto es horrible... Y después de la humillación del departamento de Romer, no quiero nunca más ser humillada de ningún modo...
Mientras David hacía una llamada me paso el brazo, para que le agarre la mano y eso hice. Su mano estaba áspera y fría. Lo cual es raro, él nunca estaba frio, siempre estaba calentito, como mi propia estufita... Espero que no esté enfermo.
Me acariciaba un poquito con su pulgar y al menos todavía me inspiraba calma.
Cuando llegó la hora salió y no volvió por tres horas. Cuando lo hizo se lo veía peor que antes. Intentó sonreír, pero eso fue muy falso. Se tomó una pastilla que tenía en su cajón y siguió trabajando.
Salimos como a las siete y casi no había nadie en el edificio. Que horrible que trabaje horas extra cuando claramente no se siente bien.
Los días siguieron así y yo ya estaba comiendo mejor y no me sentía tan mal. Tenía miedo de que él esté frustrado o algo, después de no tener intimidad por tanto tiempo, pero nunca decía nada.
Cuando llegó el viernes a la noche estábamos abajo mirando un programa de cocina, que él sabía que me gustaba. Ya había pasado la mitad del episodio cuando tocaron el timbre y David me llevó a upa, para arriba.
—Voy a abrir. Seguro que es papá. Te subo, pero si estás cómoda y querés, bajá un rato.
No respondí y se fue a abrir. Escuché que si era Franco y me senté en la cama.
Quería saludarlo y que me abrace como siempre, pero no podía verlo... No después de entristecer tanto a su hijo, a toda su familia, básicamente. Seguro les hice pasar un horrible momento. Como cuando estaba sola y tomaba alcohol todo el día.
Estoy todo el día quejándome mentalmente y ya no sé... De verdad no sé que puedo hacer y que no hacer...
Bajé de la cama y me quedé sentada en el piso.
Unos minutos después vino David.
—¿Qué pasa? ¿Te sentís mal? —Me preguntó preocupado.
No sabía que decir. Él se agachó adelante mío y me tocó la frente.
—Hablame, zorrita. —Dijo sentándose a mi lado y pasó su brazo por mi hombro.
—... Yo quería saludar, pero no quiero que me vea, después de defraudarlo tanto. —Dije mientras lloraba.
—Shhh shhh, no pasa nada, él no está enojado. Nadie está enojado con vos. Todos te seguimos amando... Te trajo torta de chocolate, recién hecha. ¿Te traigo una porción?
—... Media.
Me sonrió.
—¿Media torta? Insaciable como siempre, mi zorrita... No sé que voy a hacer con vos. —Me reí y me abrazó. —Ahí está, ahí está, eso necesitaba ver... Él no va a decirte nada. Te ama. Confía en mi, que tiene algo para mostrarte que te va a gustar mucho. —Se paró y me pasó la mano para que me levante y la acepté.
... Supongo que peor que esto no hay nada...
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Los fantasmas del pasado (Mi Decisión III) +21✔
RomanceLa vida de Laila era fácil, hermosa, divertida. Realmente lo fue en el último año... hasta que unas simples palabras llegan a cambiarlo todo... más bien a destruirlo. Cuando se cree que ya nada puede empeorar, aparecen fantasmas, errores del pasado...