Capítulo 16

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David pdv:

Fui a abrirle la puerta papá y cuando entró, me abrazó.

—¿Se encuentran mejor?

—Vamos mejorando de a poco. Ya volvió a comer y no vomita más.

—Está bien. Ya se van a recuperar. Le traje unas porciones de torta a Laila. Fijate si la puede comer.

—Ya veremos... —Respondí y miré sus manos. —No lo puedo ignorar. ¿Qué cara*jo trajiste? —Le dije señalando un móvil para animales que tenia la puerta de reja.

—Compré un conejo. A Laila le gustan los animales. Pensé que quizás con esto baje y se quede un rato conmigo.

... No es mala idea...

Respiré, pensando en el estado actual de Laila y no había muchas opciones.

—... Podemos intentarlo. Ahí subo... pero antes de que baje tenés que saber algo... No está muy bien... psicológicamente hablando y no solo por la depresión... Romer siempre dijo que era Little, pero ahora está un poco más en eso... No sé si entró en subespacio, pero... está hecha bastante una bebé... Tampoco sé si me entendiste la mitad de lo que te dije, pero no le hables mucho, hasta te diría que solo digas unas palabras y nada más. Tampoco la mires demasiado fijo, ni le hagas muchas preguntas, porque casi no contesta.

—Entendí todo perfecto. No te preocupes.

Subí y me encontré a Laila sentada en el piso contra la cama y me asusté.

—¿Qué pasa? ¿Te sentís mal? —Le pregunté preocupado.

No me contestaba nada, así que me agaché y la toqué por si estaba otra vez con fiebre. Pero no estaba ni caliente, ni transpirada.

—Hablame, zorrita. —Me senté a su lado y la sostuve.

—... Yo quería saludar, pero no quiero que me vea, después de defraudarlo tanto. —Dijo mientras lloraba.

—Shhh shhh, no pasa nada, él no está enojado. Nadie está enojado con vos. Todos te seguimos amando... Te trajo torta de chocolate, recién hecha. ¿Te traigo una porción?

—... Media.

Le sonreí.

—¿Media torta? Insaciable como siempre mi zorrita... No sé que voy a hacer con vos. —Exageré y negué con la cabeza. La vi reírse por fin y la abracé. —Ahí está, ahí está, eso necesitaba ver... Él no va a decirte nada. Te ama. Confía en mi. Que tiene algo para mostrarte que te va a gustar. —Me paré, le pasé la mano para que se levante y la agarró con precaución.

Bajamos y Franco sonrió. Abrió los brazos para que Laila vaya a abrazarlo y fue despacio hasta él. Se abrazaron y Franco la sacó del abrazo.

—No te imaginas lo que compré. Vení al sillón. —La agarró y la dejó sentada en el sillón.

Fue a buscar el móvil y Laila abrió bien los ojos. Lo sacó de adentro y lo puso en las piernas de ella. Era un conejo gigante y estaba re gordo. No sé quién le pudo vender esa cosa...

Laila bajó al piso, le hizo mimos y lo besó.

Ahora que la veo la hice bajar solo con mi remera y mis calzoncillos... Espero que papá no piense tan mal de mi y crea que me la estoy cogien*do en este estado...

Me fijé en Internet que es lo que comen los conejos y revisé la heladera. Saqué un poco de berro, lo lavé bien y lo puse en un bol, para que se lo dé y en otro más bajo puse un poco de agua.

Los fantasmas del pasado (Mi Decisión III) +21✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora