Capítulo 21

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Holaaaa! No me olvidé de ustedes! Solo que estas semanas tuve muchos altibajos y no pude con todo, pero les dejo 2 caps para que no me maten.

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Laila pdv:


Unos minutos después tocaron el timbre y desde adentro de la habitación vi que Romer fue a abrir. Se quedó en la puerta a esperar y entró Javier, con pánico en los ojos.

—Está arriba, andá con él. —Le dijo Romer y Javier fue arriba corriendo, sin decir nada.

Romer vino con nosotros.

—¿Necesitas irte de acá, Laila? ¿Plata para un hotel o algo?

—Yo me arreglo.

—Está bien, disculpame por decirle eso, yo sé que a ustedes no les gustan mis métodos, pero necesitaba que redirija su ira para otro lado.

—Ya lo sé, gracias.

—¿Necesitas que me quedé?

—No, ya está. Mejor andá, porque no creo que David quiera verte.

Asintió, me besó la cabeza y se fue.

Creo que decir eso me curó un poco. Ya no sentía que estaba tan mal. Es como que me pegaran una cachetada para levantarme.

Necesitaba sacarme ese peso de encima. Era necesario. Lo tengo que liberar de esto. No puedo seguir siendo su carga. Lo amo demasiado como para hacerle eso.

—Clara, ¿podés buscar a Javier y se pueden ir? Quiero hablar con David.

—Lai, no creo que estés en condiciones de tomar esas decisiones. —Dijo muy preocupada.

—Agarrá a Javier y váyanse. Es en serio. Ya lo dije, ahora quiero hablar con él.

Me limpié las lágrimas y salí, para que se mueva también.

Clara me miró desde adentro y fue arriba.

Unos minutos después se fueron y David empezó a bajar. Tenía los ojos rojos, de tanto llorar. Yo debía estar igual.

Me senté en el piso a dos metros de la escalera y esperé a que capte mis intenciones. Vino y se sentó adelante mío.

—¿Por qué? —Preguntó con la voz rota.

—Porque te amo... y te dije que nunca lo iba a dejar de hacer. —Contesté.

—Si me amás, no me dejes.

—Te dejo porque te amo tanto y no puedo darte nada de lo que vos querés.

—Ya me das to... —lo corté.

—Dejame terminar, por favor. Quiero que seas libre, que seas el dominante que querés ser. Que no tengas una carga acá. Que no está bien. Que no te va a dar hijos... Te amo demasiado como para privarte de tu libertad y de tus deseos. Quiero que me olvides y encuentres a alguien que te haga bien. A alguien que puedas domar, que sea hermosa, buena, que te cuide. Yo no puedo cuidar de mi misma, menos puedo cuidar de vos. Necesitás a alguien que no te entristezca, que te deje satisfecho. Quiero dejarte ir, porque mi David no puede tener una correa en el cuello. Mi David tiene que ser el que sostenga la correa. Yo me voy a arreglar y voy a dar un paso al costado por tu felicidad. —Se le empezaron a caer las lágrimas y a mi también. —Necesito que seas feliz. Te robé cuatro años de tu vida, pero no puedo seguir siendo una egoísta. Te amaba tanto que no te quería dejar ir. Pero ahora te amo mucho más, por eso debo dejarte ir. —Se quedó mirando y no decía nada. —No te preocupes, cuando me vaya no te voy a pedir nada y mis cosas las podés tirar. —Me estaba levantado, pero me paró.

Los fantasmas del pasado (Mi Decisión III) +21✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora